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España en su conjunto ha crecido en los últimos años como donante internacional. Esto no es una opinión, es un hecho, sólo hay que comprobar los datos de la OCDE a este respecto. No voy entrar aquí en el análisis sobre este proceso, por lo complejo (no es sólo una cuestión de cantidades) y porque no es objeto de este artículo ni si quiera de EVALUATECA (aunque en el blog le tenemos un cariño especial a la Cooperación al Desarrollo, ya que es uno de nuestros lugares de referencia).

Sin embargo, y como ya habrán visto en los medios, ya no somos lo que supuestamente fuimos, en nada. Y eso, obviamente, tenía que llegar también a este sector. Nada nuevo, en principio. Lo que resulta simplemente repugnante es la tranquilidad con la que se está admitiendo ya que para muchos «hacedores de política» (si es que incluso merecen el término) el compromiso con la erradicación de la pobreza y la desigualdad social era pura pantomima. Si no me creen, aquí tienen declaraciones públicas de un responsable de la cooperación descentralizada de mi tierra esta pasada semana. «Erradicar la pobreza ya no será prioritario«. ¿Para qué hacen falta tantas cumbres, tanta Declaración de París y tanta mandanga? Olvídese de la agenda internacional, de los consensos, de la Eficacia de la Ayuda. Ellos tienen El criterio claro: «el criterio para elegir los países prioritarios de cooperación es el de la emisión de emigrantes que llegan a nuestro territorio«. Bueno, hasta aquí, salvando la simpleza y con muchas reticencias, podríamos hasta discutir sobre el tema. Pero no, es más simple todavía, más crudo, y ahora más claro: «el objetivo es frenar la migración«.

Sincerándome con ustedes, he de confesar que ya estoy con los últimos cartuchos de fe en el sistema de cooperación (en sentido amplio, con todos sus actores en el ajo). El escenario se está reconvirtiendo, y más pronto que tarde (no sé si para bien, o para mal, o para todo lo contrario) vamos a tener que parafrasear a aquella vieja gloria de la democracia española: a la cooperación que viene «no la va a conocer ni la madre que la parió«.

Sin embargo, en uno de esos rayitos de esperanza, y sobre todo viendo estas lamentables declaraciones, quiero pensar que no toda la descentralizada en España es así, y que otras alternativas son posibles (hablaremos un poco de esto próximamente, en una entrada específica sobre el tema). Pero bueno, viendo a los tristes protagonistas de «la edad de oro de la cooperación» (como también se atreven a denominarla), la verdad cuesta.

Después de leer esta noticia desde luego sí se explica, y con razón, aquello de lo que hablábamos hace una semanas aquí mismo, sobre dejar la evaluación de lado en estos tiempos de crisis. Lógico, muy lógico.

La Cooperación al Desarrollo de la Generalitat Valenciana elimina de sus funciones cualquier referencia a seguimiento o evaluación en su enésima reestructuración. Así de simple, así de contundente, y así de peligroso. Y si no me creen, lean ustedes mismos el nuevo Reglamento Orgánico y Funcional de la recién estrenada Conselleria de Justicia y Bienestar Social, que ahora incluye las competencias de Cooperación para el Desarrollo (para ahorrarles trabajo, artículo 12, páginas 11 y 12).

Probablemente este comentario pueda parecer un hilado demasiado fino. Sin embargo, más allá de la preocupación que puede suscitarnos a los y las que trabajamos directamente en Evaluación, y más concretamente en Evaluación de la Cooperación para el Desarrollo, creo que es un aporte más al empobrecimiento de las políticas públicas, y en especial a la de Cooperación Internacional en España.

A principios de año, un ex-técnico de la Dirección General de Cooperación al Desarrollo (uso esta denominación por razones didácticas, aunque ha cambiado varias veces de nombre durante los últimos años -interesante indicador, por otra parte-) publicaba un contundente artículo en uno de los diarios locales de mayor tirada sobre la deriva de la cooperación para el desarrollo de la Generalitat Valenciana. Si bien en algunas propuestas operativas, especialmente las relativas a evaluación, no coincido con el autor, no puedo estar más de acuerdo con el sentimiento general que transmite. Deriva ésta que en el área de Evaluación he podido comprobar en primera persona, desde el corte injustificable de proyectos de investigación en evaluación a la Universidad, hasta el bloqueo y el ninguneo constante a toda iniciativa de mejora en procesos y protocolos de seguimiento y evaluación dentro de la propia administración. Eso sin entrar en toda la ola de corrupción que ha rodeado a la gestión de la ayuda al desarrollo valenciana durante los últimos años (un buen amigo se molestó en recopilar todos los artículos de prensa publicados durante Octubre de 2010, en relación a estos escándalos, y fueron cerca de 200, entre prensa local y estatal).

Así, seguramente este nuevo capítulo no es más que la continuidad de esa deriva. De nada sirve que se haya venido trabajando por primera vez un espacio de participación de los actores de cooperación como es el Grupo de Trabajo en Evaluación (emanado del Consell Asesor de Cooperació), o que también por primera vez se cuente con personal técnico en la administración dedicado exclusivamente a la función de evaluación. ¿Falta de criterio? ¿Aleatoriedad? Seguramente una parte sea debido a ello. Pero a estas alturas, y con la que está cayendo, da que pensar.

Error garrafal, no obstante. Y ridículo absoluto, una vez más. Se está elaborando el informe de evaluación del Plan Director de la Cooperación Valenciana, encargado a una «empresa consultora de gran prestigio» (cito textualmente palabras de funcionarios responsables de la Dirección General), por supuesto sin concurso público, con nocturnidad y a precio de saldo. Pero no se preocupen, el informe no hablará de esto, pero sí nos dirá que, en líneas generales, la cooperación valenciana es exitosa, cumple con los estándares de la OCDE y es pionera en la promoción del codesarrollo. Y total, estos pequeños detalles son cuestiones menores, que vendrán en el apartado de recomendaciones, en letra pequeña.

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Hace aproximadamente un año, la gente del Área de Cooperación Internacional de la Escuela Andaluza de Salud Pública tuvo el detalle de invitarme a participar en un estudio sobre el impacto de sus intervenciones en este sector en las diferentes acciones que había venido trabajando. Lamentablemente no pude participar porque la cosa requería presencialidad y yo estaba huído en el GIOS en Arizona (como seguramente algún amigo recordará). Una vez acabado el trabajo, llega el momento de socializar. Y ahora que estoy por Valencia de nuevo (más o menos), tienen de nuevo la amabilidad de invitarme a participar en una jornada para discutir sobre el tema, junto a otros ponentes y un reducido grupo de gente vinculada a la cooperación internacional desde las instituciones públicas.

Ni que decir tiene que me parece una iniciativa genial, de las que lamentablemente hay pocas en España. Pero además creo que han dado en el clavo promoviendo la asistencia y el diálogo con la cooperación descentralizada de otras comunidades autónomas, entre ellas la que resido habitualmente. El papel de la descentralizada es clave en una nueva manera de entender la articulación de actores a nivel internacional, y la evaluación debe formar parte de este nuevo discurso. Pero de este tema, evaluación y actores locales, hablaremos en otra entrada 😉

A continuación comparto el programa. Como veréis se trata de un plantel bien interesante. De hecho, vamos a ver si soy capaz de contar algo interesante ;-(  Paradójicamente, como podrán ver en el guión, me han pedido que haga un resumen del polémico informe del CDG When we ever learn?‘ y de lo que ha venido pasando al rededor del tema desde 2006. Anda que con lo que servidor ha rajado de este tema…

10’00 Presentación del evento.
José Luis Rocha. Secretario General de Calidad y Modernización.
Consejería de Salud de la Junta de Andalucía
10’15 MESA DEBATE 1
PUNTOS CRÍTICOS EN LA EVALUACIÓN DE IMPACTO EN
COOPERACIÓN INTERNACIONAL.
Modera: Miguel Casado
Responsable de Salud.
Dirección General de Planificación y Evaluación de Políticas para el
Desarrollo Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación
Conclusiones del grupo de trabajo sobre la brecha de evaluación: ¿cuándo
aprenderemos? Avances producidos desde el informe de 2006.
Ponente: Rafael Monterde Díaz.
Universidad Politécnica de Valencia
11’00 Café
11’30 La evaluación del impacto en cooperación internacional: ¿en qué punto estamos?
Ponente: José Antonio Alonso
Instituto Complutense de Estudios Internacionales
12’00 El papel de la ética en la evaluación de la cooperación al desarrollo.
Ponente: Alejandra Boni.
Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales. Universidad de Valencia
12’30 La cadena de resultados y la evaluación de políticas públicas en el sector social
Ponente: Juan Murciano Rosado.
Consultor. Evaluación de Políticas Públicas
13’00 La evaluación de impacto: estado de la cuestión y aplicaciones en la cooperación para el
desarrollo en salud
Ponente: José María Larrú Ramos
Universidad CEU‐San Pablo
13’30 Debate abierto.
14’00 Comida
15’30 MESA DEBATE 2
MODELOS, BUENAS PRÁCTICAS, DIFICULTADES E INSTRUMENTOS
DISPONIBLES PARA EL DESARROLLO DE EVALUACIONES DE
IMPACTO.
Modera: Sandra Pinzón Pulido.
Escuela Andaluza de Salud Pública
Ponentes:
􀂙 Miguel Casado.
Dirección General de Planificación y Evaluación de Políticas de Desarrollo
􀂙 Carmen Pérez Samaniego.
Deutsche Gesellschaft für Technische Zusammenarbeit (GTZ)
􀂙 Carlos Asenjo.
Fondo Español de Evaluación de Impacto. Banco Mundial.
􀂙 Marie Gaarner.
Representante de IP3 (Video‐conferencia)
17’30 Identificación de líneas de trabajo conjunto.
Debate dirigido con la participación de los responsables de evaluación de las
cooperaciones descentralizadas de Andalucía, Asturias, Canarias, Cantabria,
Castilla La Mancha, Castilla y León, Cataluña, Comunidad Valenciana,
Extremadura, Galicia, Islas Baleares, La Rioja, Región de Murcia, Comunidad
Foral de Navarra y País Vasco.

Programa

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1212508090_asterix2-fullVía la lista de discusión de Mapeo de Alcances en inglés (¡gracias Simon!), me llega una noticia realmente interesante y poco habitual. El año pasado, la cooperación británica (DFID) creó un espacio centrado en la Evaluación del Impacto en Desarrollo de su política de cooperación (véase IACDI). La iniciativa convoca a interesados e interesadas a responder una serie de cuestiones sobre su política de evaluación para definir una «evaluación independiente de la ayuda al desarrollo» de su país.

Para ello ha abierto un proceso en el que recogerá las opiniones y sugerencias de cuantos y cuantas quieran ofrecer su visión y sus sugerencias. Creo que este es el camino, sin duda, para el desarrollo de políticas públicas inclusivas en las que la ciudadanía crea, y en particular éstas referidas a cooperación al desarrollo. Y desde el punto de vista de evaluación, es un mecanismo privilegiado para hacer de los procesos evaluativos en el futuro una herramienta de aprendizaje y de control social a un tiempo.

¿Podríamos imaginar algo así en nuestros países de habla hispana? Por lo que respecta a España, en calidad de donante…pues sin restar los esfuerzos que se han hecho y los que en particular se están dando en los últimos tiempos, creo que dista un ápice. Alguien me podría argumentar que, por ejemplo, el últimoborrador del Plan Director de Cooperación Española, se ha circulado entre diferentes agentes y se han establecido mecanismos para la recogida de opiniones, sugerencias, etc. Me consta que mucha gente ha hecho el esfuerzo de trabajarse el documento (que como ya comentamos en una entrada anterior, tenía mucha más enjundia que los anteriores, en positivo, y por tanto requería de mayor esfuerzo para su análisis), pero de nuevo los tiempos y los modos de nuestro sistema de administración pública nos ahogan. No, unas reuniones sectoriales en Madrid quince días después de circular el borrador dan para lo que dan. Es un paso, pero estamos lejos.

Mismo caso aplica para la Descentralizada, que por su porpia naturaleza debiera ser si cabe mucho más participada por la ciudadanía y en particular por los agentes más directamente implicados. Claro, eso si la Descentralizada fuera reflejo de la política basada en lo local. Pero mientras, al menos en Cooperación, siga siendo en muchas Comunidades ese ejemplo paradigmático de no-definición de políticas (es decir, el «todo cabe») y, sobre todo, un conjunto de saquitos (algunos ya no tan pequeños) de dinerito público sin ningún rédito educativo, social o cultural a la ciudadanía que lo paga, pues claro…hacer estos malabarismos participativos será como aquella de Astérix: «están locos estos hijos de la Gran Bretaña»

 

ACTUALIZACIÓN 17/12/08: Justo después de escribir esta entrada me llegó desde mi Universidad un correo sobre el proceso de revisión del futuro Plan Director de Cooperación Española al que hacía referencia. Error de cálculo por mi parte, el proceso sigue con una segunda ronda. Creo que el tema merece una entrada específica, en el que al igual que la primera que hice, facilitaré la información que he recibido de forma que puedan estar al tanto del proceso y colaborar en la medida que consideren oportuno.

Tenía este comentario a medio acabar desde hace un tiempo, así que nadie se piense que es una exclusiva mundial (como casi nada en EVALUATECA, ya sabe que por aquí comentamos cosas más o menos atemporales)

Ya lo decíamos hace un tiempo: a pesar de la insistencia de algunos y algunas personas involucradas en la promoción de la evaluación en la Cooperación al Desarrollo de ámbito español, NO TENEMOS CULTURA DE EVALUACIÓN, y no parece que la cosa vaya a cambiar en breve. No lo digo yo, lo dice la evaluación por pares del CAD, llevada a cabo durante el año pasado y recientemente publicada en línea en su web. Échale un vistazo aquí (¡cómo no! no está en español). No es que yo sea un ferviente adepto a esta institución, pero como parece ser que es una referencia ineludible…

Algunas lindezas que nos regala el informe:

a) página 47, 2º párrafo «sorprendentemente, la reforma de la agencia (AECI) no incluye ningún plan para un sistema de evaluación, lo cual es una omisión grave»

b) idem, «…los recursos presupuestarios para esta labor son muy pequeños, hecho que dificulta la posibilidad de contratar evaluadores con sufciente experiencia en evaluación en el área de cooperación al desarrollo»

c) página 47, 3er párrafo, «el equipo de revisión encontró suficientes evidencias para asegurar que es necesario instaurar una cultura de evaluación en la cooperación descentralizada (referida a administraciones públicas)»

Lo dicho. Será cuestión de ponerse a trabajar.

No se si alguna vez les ha llegado la cantinela, pero a mi me empieza a sonar demasiado. Parece que se extiende en España algo cercano a una «leyenda urbana» que vendría a justificarnos que los fondos de Ayuda al Desarrollo generados desde las administraciones locales (Comunidades Autónomas, Diputaciones, Ayuntamientos) son «más» en todo: más eficientes, más orientados a necesidades de los más desfavorecidos, más consensuadas con las ONGD…

Creo que hace mucha falta, YA, entrar en serio en una dinámica de fomento de la cultura de evaluación en estos espacios. Algunas pistas que apuntaban esta necesidad ya nos las ponía, negro sobre blanco, Carlos Gómez Gil, en su publicación «La cooperación descentralizada en España: ¿motor de cambio o espacio de incertidumbre?«, editada por Bakeaz en 2001.

Ya comentamos en una entrada anterior el caso de la Cooperación de la Generalitat Valenciana. Para su deleite, y para que mantengamos en alto un espíritu crítico en todo momento, aquí dejo un par de «perlas» (gracias, Iván). Les aseguro que no tienen precio: una intervención de la alcaldesa de Lasarte, sra. Uchueguía, vice-presidenta del Euskal Fondoa y Presidenta de la Comisión de Cooperacion al Desarrollo de la Federación Española de Municipios y Provincias. Juzguen ustedes mismos.

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