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Durante esta temporada, estoy colaborando con los amigos y amigas del CECOD (Centro de Estudios de Cooperación al Desarrollo, Madrid), en un proyecto de investigación en el que llevan trabajando los últimos tres años. La iniciativa está centrada en el Desarrollo de Capacidades de los agentes de Cooperación para el Desarrollo. Una de las líneas de trabajo con más peso en proyecto es la evaluación.

El proyecto ha generado resultados muy interesantes para la reflexión y también para la acción. Entre ellos, particularmente destacaría dos. El primero, un análisis comparativo de Juan Andrés Ligero sobre los criterios del CAD/OCDE para evaluación versus la Teoría de Programa como enfoque comprehensivo. El segundo, un estudio de José María Larrú y María Méndez sobre la integración efectiva de la evaluación en el ciclo de proyecto basado en las mejores prácticas disponibles en el sector en España.

Siguiendo esta línea de trabajo, me toca la enorme responsabilidad de seguir avanzando por la vía de la Calidad y la Utilidad de las evaluaciones. El objetivo de la investigación es profundizar en la contribución que la evaluación está haciendo (o no) a la mejora de las intervenciones de cooperación para el desarrollo. Posteriormente, se pretende apuntar a un posible marco de referencia de Estándares de Calidad en Evaluación para el sector elaborado de forma consensuada por los diferentes actores. Esperamos que dicho marco contribuya a mejorar la calidad del proceso global, promoviendo una mayor calidad y uso de las evaluaciones para la generación de aprendizaje y la toma de decisiones en las intervenciones de Cooperación al desarrollo.

El próximo viernes 26 de octubre tendrá lugar el primer taller de trabajo de esta fase. El listón está bien, pero que bien alto, tanto por los compañeros y las compañeras que me preceden, como por los y las profesionales del sector que participan en el proceso. Y el resto tampoco se queda nada corto. Deséenos suerte.

Mi labor docente en la Universidad Politécnica de Valencia está ligada desde hace más de una década al Project Management (PM). Siempre ha sido una continua dialéctica la confrontación entre las técnicas, instrumentos e incluso la filosofía del PM, y todo lo bebido del la gestión en el mundo del Desarrollo. Y frente a lo que pudiera parecer, no está todo resuelto. ¿Son necesarias las técnicas de PM en los proyectos de Ayuda al Desarrollo? ¿Son compatibles la participación, la trasnformación social, el empoderamiento de los más desfavorecidos, con la gestión técnica profesional? ¿Ayuda el PM a una evaluación últil en términos de mejora y aprendizaje de las organizaciones?

Para seguir pensando y reflexionando en estas y otras cuestiones, hemos organizado un WEBINAR, es decir, una Conferencia On Line, con el sugerente título de «Estrategias del Project Management en la Ayuda al Desarrollo: potencialidades y limitaciones para una gestión responsable de las intervenciones«. Nos facilitará la reflexión José Antonio Monje, coordinador regional de Monitoreo y Evaluación para América Latina y Caribe de Save the Children. La cita: el próximo viernes 30 de marzo, a las 17 horas (GMT +1, Valencia, España) (si quiere conocer la hora de inicio en su localidad, puedo hacerlo aquí). La conferencia forma parte del programa Ágora Global del Máster Universitario en Cooperación al Desarrollo, que en su especialización de Gestión de Proyectos y Procesos de Desarrollo se imparte en la UPV.

Para los que no lo conozcan, José Antonio es un activo miembro de la comunidad evaluadora en español, especialmente en el mundo de las redes sociales. Como en estas cosas es obligado y recomendable hablar de la trayectoria de los/as ponentes, les cuento que José Antonio es especialista en gestión, diseño, seguimiento y evaluación de proyectos de cooperación al desarrollo e inversión social pública, con amplia experiencia en gestión de proyectos en diversos países de América Latina (Ecuador, Perú, Bolivia, Cuba, Guatemala, Nicaragua, El Salvador, Brasil) y Norte de África (Argelia, Sahara Occidental, Mauritania), habiendo trabajado para organizaciones como CARE, ITDG, SOS Kinderdorf International, Caritas Española y Fundación Mundubat. Ha sido asesor de alta dirección en el Despacho Ministerial de Salud Pública en la República del Perú. José Antonio es Antropólogo Social. Cuenta con el Diploma de Estudios Avanzados (DEA) y es candidato a Doctor en Dirección de Proyectos (Universidad de Zaragoza, España). Ha cursado asimismo el Máster in Project Management de la Universitat Ramon Llull.

El Webinar lo implementamos en la plataforma Policonecta de la UPV. Se trata de una sencilla plataforma para formación online síncrona y para trabajo colaborativo. La participación es gratuita y abierta a cualquier profesional que quiera participar. Si les gusta la idea, les dejo las instrucciones para acceder al sistema:

  • Durante una hora antes del inicio de la actividad, conéctese al sistema en la dirección http://policonecta.adobeconnect.com/cfp1
  • Acceda como invitado. Se le solicitará que indique un nombre para ser identificado en la sesión. Durante la sesión podrá participar durante la ronda de preguntas al ponente, bien por medio de la herramienta chat, bien realizando su pregunta mediante su micrónofo. Para reducir la posibilidad de que tenga problemas en el momento de la conexión, le sugerimos que pruebe si su sistema está correctamente configurado para usar este servicio. Puede hacerlo cómodamente accediendo a la siguiente dirección: https://policonecta.adobeconnect.com/common/help/es/support/meeting_test.htm
  • Si nunca ha empleado un sistema de Web-conferencing de este tipo, le sugerimos que consulte este tutorial en video: http://www.adobe.com/es/products/acrobatconnectpro/demo/

Les espero en línea el viernes.

ACTUALIZACIÓN 31/03/2012: Gracias a todas/os las/os participantes. Al final fuimos unos 50 entre las/os presenciales y las/os virtuales. A las/os que se conectaron remotamente, mis más sinceras disculpas por las dificultades técnicas. Estamos afinando la herramienta…y nos estamos afinando nosotros también, que falta nos hace. Esperemos seguir próximamente con más seminarios, más temas, más debate.

El Comité de Ayuda al Desarrollo de la OCDE acaba de publicar el informe sobre la Cooperación Española, como parte de las revisiones por pares que realizan sobre los donantes miembros de este club cada cuatro años. Aquí pueden consultar el resumen ejecutivo con los principales hallazgos y recomendaciones, y si todavía tienen ganas y nada mejor que hacer, aquí pueden descargarse la versión completa (sí, lo han adivinado, está en inglés).

Si les soy sincero, nunca le he tenido demasiada fe a este informe. No he tenido el privilegio de participar en ninguno de los procesos de consulta (bueno, algo negativo tenía que tener la independencia), pero sí de contrastarlo con mis propias vivencias y las de otros y otras colegas de profesión. Y la verdad, siempre hemos notado un importante grado de complacencia. No en vano se trata de una «evaluación entre pares». Pares que tienen importantes intereses cruzados, por lo que el principio básico de independencia en una evaluación con un importante componente/lectura sumativo/a queda en grave entredicho. Recuerdo más de cerca el proceso de revisión del 2002 (ya hablamos de casi una década), en la que la región donde vivo fue elegida como un caso de estudio, para inferir cómo era la Cooperación Descentralizada. Y ya ven en lo que nos hemos convertido…

Así pues, cuando uno lee una valoración crítica o al menos poco «polite» en este informe, empieza a pensar que quizá, sólo quizá, si se atreven a poner algo así de un amigo, es que va en serio. Como no podía ser de otro modo, le he puesto un poco más de atención a lo relativo a la Evaluación. Compruebo que la percepción compartida con colegas del sector también es percibida por los «reviewers»: la presencia de la evaluación ha crecido principalmente por la obligatoriedad de evaluar proyectos que los receptores de financiación pública (básicamente ONG) han tenido estos años:

«Much of this sharp increase is a consequence of a requirement for all NGO agreements above a certain value to be evaluated»

(mucho de este importante incremento es una consecuencia del requerimiento en todos los acuerdos con ONG de evaluar aquellos por encima de un determinado monto)

¿Genera este incremento mayor cultura de evaluación? Sin duda, si no hacemos evaluaciones nunca aprenderemos, es como patinar o ir en bicicleta. El problema es por qué lo hacemos. Porque si el incentivo único es cumplir un requerimiento, sin duda la capacidad de generar aprendizaje y mejora de las acciones usando los resultados de esas evaluaciones es mínima, tendiendo a nula. Ello, por supuesto, sin contar con la degradación de la función de evaluación y, como consecuencia de su calidad técnica y su capacidad de innovación. El informe revela este sentimiento, en perlas como ésta:

«monitoring still tended to give more weight to how money was spent, as the agency lacked the right indicators to measure results and impact«

(el monitoreo sigue tendiendo a dar más importancia a cómo se gasta el dinero, dado que la agencia (AECID) carece de los indicadores para medir resultados e impactos»)

Esta sencilla pero contundente sentencia representa la razón última de las cosas, más allá de complejos conceptos que cada día se van incorporando al acervo cultural de los y las profesionales del desarrollo. Escribir en un papel el «compromiso por» es simplemente eso, palabras en un papel. Se las lleva menos que las que se dicen al viento, pero acaban olvidándose. Y eso es, sencillamente, lo que le ha pasado a nuestra Ayuda al Desarrollo. Hemos sido víctimas de un error tan básico en Cooperación como reiterado. A nadie se le ocurre ya pensar en proyectos de Desarrollo que no cuenten con la gente, con todos y todas, y especialmente con los y las protagonistas de la historia. Tampoco creeemos ya en las recetas escritas desde arriba, ni en las soluciones milagrosas que llevan el progreso en tiempo récord. Sin embargo, eso mismo era el Plan Director de la Cooperación Española 2009-2012, una invención, una entelequia, una creencia ilusoria. Un ejercicio académico manejado por pocas manos para su propia gloria, y al servicio de intereses políticos de imagen exterior.

Las consecuencias de todo ello: desconfianza. Desconfianza en que la Evaluación puede ir más allá de la función burocrática. Y en el escenario económico y político tan dantesco que vivimos, con mayor razón. Que no nos extrañe que gracias a este malabarismo planificador y evaluativo pensado desde arriba, desde pocas manos y con intereses particulares, nos tengamos que conformar con poco o ningún presupuesto para evaluación y mejora desde el sector público, con la vuelta a herramientas de auditoría y control financiero y que el desarrollo venga «por añadidura» o «por teoría del goteo». A soportar a los nuevos responsables ortodoxos usando el poderoso «ya te lo dije, esto no funcionaría».

Por si fuera poco, nada aprenderemos como nada hemos aprendido. En el informe que les contaba hecho en 2002, ya se le decía a la Ayuda Española que tenía que definir criterios explícitos para justificar su planificación, la elección de prioridades geográficas, sectoriales, instrumentos, etc. Casi diez años después, vuelven a decirle lo mismo. Y los responsables «se irán de rositas» (como decimos por acá), pues tendrán la «suerte» de que podrán seguir usando esa estrategia tan suya de las «atribuciones externas», como dicen los psicólogos. Vamos, echarle la culpa a otros, al clima, o como en este caso, a la crisis y al cambio de gobierno.

Ya saben, si es que la culpa de todo…la tiene Yoko Ono

 

España en su conjunto ha crecido en los últimos años como donante internacional. Esto no es una opinión, es un hecho, sólo hay que comprobar los datos de la OCDE a este respecto. No voy entrar aquí en el análisis sobre este proceso, por lo complejo (no es sólo una cuestión de cantidades) y porque no es objeto de este artículo ni si quiera de EVALUATECA (aunque en el blog le tenemos un cariño especial a la Cooperación al Desarrollo, ya que es uno de nuestros lugares de referencia).

Sin embargo, y como ya habrán visto en los medios, ya no somos lo que supuestamente fuimos, en nada. Y eso, obviamente, tenía que llegar también a este sector. Nada nuevo, en principio. Lo que resulta simplemente repugnante es la tranquilidad con la que se está admitiendo ya que para muchos «hacedores de política» (si es que incluso merecen el término) el compromiso con la erradicación de la pobreza y la desigualdad social era pura pantomima. Si no me creen, aquí tienen declaraciones públicas de un responsable de la cooperación descentralizada de mi tierra esta pasada semana. «Erradicar la pobreza ya no será prioritario«. ¿Para qué hacen falta tantas cumbres, tanta Declaración de París y tanta mandanga? Olvídese de la agenda internacional, de los consensos, de la Eficacia de la Ayuda. Ellos tienen El criterio claro: «el criterio para elegir los países prioritarios de cooperación es el de la emisión de emigrantes que llegan a nuestro territorio«. Bueno, hasta aquí, salvando la simpleza y con muchas reticencias, podríamos hasta discutir sobre el tema. Pero no, es más simple todavía, más crudo, y ahora más claro: «el objetivo es frenar la migración«.

Sincerándome con ustedes, he de confesar que ya estoy con los últimos cartuchos de fe en el sistema de cooperación (en sentido amplio, con todos sus actores en el ajo). El escenario se está reconvirtiendo, y más pronto que tarde (no sé si para bien, o para mal, o para todo lo contrario) vamos a tener que parafrasear a aquella vieja gloria de la democracia española: a la cooperación que viene «no la va a conocer ni la madre que la parió«.

Sin embargo, en uno de esos rayitos de esperanza, y sobre todo viendo estas lamentables declaraciones, quiero pensar que no toda la descentralizada en España es así, y que otras alternativas son posibles (hablaremos un poco de esto próximamente, en una entrada específica sobre el tema). Pero bueno, viendo a los tristes protagonistas de «la edad de oro de la cooperación» (como también se atreven a denominarla), la verdad cuesta.

Después de leer esta noticia desde luego sí se explica, y con razón, aquello de lo que hablábamos hace una semanas aquí mismo, sobre dejar la evaluación de lado en estos tiempos de crisis. Lógico, muy lógico.

Me llega por un amigo de la Universidad (¡grácias Álvaro!) el documento de «POSICIÓN ESPAÑOLA AL IV FORO DE ALTO NIVEL DE BUSAN«, en la práctica, el argumentario diplomático a defender por nuestro país en el próximo foro sobre la Ayuda al Desarrollo. No encuentro nada de interés sobre Evaluación, excepto una referencia al seguimiento de la Declaración de París.

Lo que sí encuentro son contradicciones, mucha tecno-jerga y, sobre todo, brindis al sol, algo tan propio de la Cooperación Internacional y de lo que España ha hecho gala estos años (con algunos aciertos, todo hay que decirlo…pero ya veremos el balance, y lo peor, el futuro próximo). Hay muchas muy graciosas, como las recomendaciones a los países del Sur sobre evasión de impuestos, control a las trasnacionales, redistribución de la riqueza, etc. Ya quisiera yo estas recomendaciones para mi propio país. Pero como este no pretende ser un espacio de análisis político general, menciono una algo más cercana a nuestro tema, que me ha llamado profundamente la atención.

A vueltas con la Gestión para Resultados de Desarrollo (ya saben, la versión más humana y más chévere de la Gestión basada en Resultados), aparece la siguiente afirmación:

«Deben abordarse con prudencia aquellos enfoques que presenten riesgos tales como la focalización en intervenciones cuantificables o de corto plazo«

Quiero pensar que lo de cuantificable y lo de corto plazo no pretenden ser sinónimo. ¿O sí? Pero EN EL SIGUIENTE PÁRRAFO afirma:

«La implementación de la GpRD pasa por un alto grado de apropiación del país socio, y precisa de sistemas estadísticos y de información de calidad, así como un sistema de gestión pública basado en resultados«

Entonces, ¿en qué quedamos? ¿Cuantificamos o no? Y por cierto, qué bonito sería que España se aplicara las recetas que predica. ¿Dónde se puede acceder en la administración a datos de la AOD española de manera rápida, ágil y fiable? (hablo de datos, ya de resultados, como el chiste, ni hablamos) ¿Qué fue del glorioso intento de generar un sistema único de gestión de la información de la AOD española y favorecer el acceso a los/as ciudadanos/as?

Com deia la meua iaia «arrancá de macho, pará de burro«.

PD: Mejores y más críticas ideas al hilo de la AOD pueden encontrarlas en este documento de la Asociación Latinoamericana de Organizaciones de Promoción al Desarrollo – ALOP , que estos días circulaban en twitter algunos/as colegas

 

 

Abro esta nueva temporada de publicación con la bienvenida a la blogosfera de un nuevo sitio que promete muchas lecturas interesantes, pero sobre todo desafiantes. Con el sugerente título Al Borde del Caos: Desarrollo, Evaluación, Complejidad, sale hoy al espacio una publicación de Pablo Rodriguez Bilella, profesor universitario, investigador social y uno de los miembros de la comunidad internacional de evaluadores más activos en la red, en eso que se ha venido en llamar la web 2.0.

En EVALUATECA hemos tenido la suerte de contar con algunos de sus comentarios y aportaciones. También, en lo personal, he tenido el privilegio de contar con su presencia entre nosotros en España, y compartir algunas locuras experimentales, como la pasada Cesta de Aprendizajes, que comentamos en entradas de la anterior temporada, y de cuyos resultados próximamente volcaremos más madera.

No le deseo buena suerte, porque a la gente brillante como Pablo no le hace falta para que esta aventura salga bien. Le deseo mucha paciencia y mucha constancia, que desde nuestra humilde experiencia en la blogosfera, es lo que más falta hace  para darle vida a un blog. Y sobre todo, deseo que esta aventura dure mucho, estoy seguro de que vamos a descubrir nuevas cosas y a debatir mucho más Al Borde del Caos.

Háganme caso. Síganlo, en la web, en su lector de noticias habitual, y si no le tienen miedo a la velocidad, en su tuiter 😉

El próximo día 6 de julio de 2011, tendrá lugar la “Cesta de Aprendizajes (CdA): Sistematización de Experiencias en Cooperación al Desarrollo” en la Universidad Politécnica de Valencia. La dinamización de la sesión de trabajo presencial correrá a cargo de Óscar Jara, y se contará además con la presencia y dinamización on-line de Pablo Rodríguez Bilella.

La sesión de trabajo de la tarde, que tendrá lugar a las 4 p.m. hora española, podrá ser seguida en directo a través de este enlace. Una vez en el entorno virtual, se podrá acceder a la sesión sin necesidad de alta previa al introducir un nombre de usuario en la opción “invitado”. Para dinamización on-line en twitter durante toda la CdA se usará el hastag #sistv.

El término Cesta de Aprendizajes (CdA) se ha acuñado para definir un formato de grupo de trabajo donde cada una de las personas participantes comparte con el resto de asistentes su experiencia en relación a la temática, con una dinámica y un orden de las cosas que se construye en el propio proceso a partir de una creación colectiva.

Bajo este formato, se trabajará con un reducido grupo de asistentes -miembros de ONGD- para poner en común los mecanismos con los que cuentan a nivel institucional para aprender de los procesos que acompañan y profundizar sobre las posibilidades que ofrece la Sistematización de Experiencias en este contexto.

Óscar Jara es educador popular. En la actualidad ejerce como Director del Centro de Estudios y Publicaciones ALFORJA. Oscar es, sin lugar a dudas, la principal referencia en la metodología y la praxis del enfoque de Sistematización de Experiencias en Latinoamérica. Ha participado como educador y facilitador en procesos sociales durante más de 30 años, experiencia que refleja en la abundante bibliografía que ha venido publicando, en la que revisa tanto aspectos teóricos y metodológicos como, sobre todo, reflexiones desde la experiencia.

Pablo Rodríguez Bilella es Profesor de la cátedra “Antropología Social y Cultural”, en la carrera de Trabajo Social, FACSO, Universidad Nacional de San Juan y miembro del Comité Ejecutivo de la Red de Seguimiento, Evaluación y Sistematización de América Latina y el Caribe (ReLAC), así como del Board de la International Organization for Cooperation in Evaluation (IOCE).

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Hace aproximadamente un año, la gente del Área de Cooperación Internacional de la Escuela Andaluza de Salud Pública tuvo el detalle de invitarme a participar en un estudio sobre el impacto de sus intervenciones en este sector en las diferentes acciones que había venido trabajando. Lamentablemente no pude participar porque la cosa requería presencialidad y yo estaba huído en el GIOS en Arizona (como seguramente algún amigo recordará). Una vez acabado el trabajo, llega el momento de socializar. Y ahora que estoy por Valencia de nuevo (más o menos), tienen de nuevo la amabilidad de invitarme a participar en una jornada para discutir sobre el tema, junto a otros ponentes y un reducido grupo de gente vinculada a la cooperación internacional desde las instituciones públicas.

Ni que decir tiene que me parece una iniciativa genial, de las que lamentablemente hay pocas en España. Pero además creo que han dado en el clavo promoviendo la asistencia y el diálogo con la cooperación descentralizada de otras comunidades autónomas, entre ellas la que resido habitualmente. El papel de la descentralizada es clave en una nueva manera de entender la articulación de actores a nivel internacional, y la evaluación debe formar parte de este nuevo discurso. Pero de este tema, evaluación y actores locales, hablaremos en otra entrada 😉

A continuación comparto el programa. Como veréis se trata de un plantel bien interesante. De hecho, vamos a ver si soy capaz de contar algo interesante ;-(  Paradójicamente, como podrán ver en el guión, me han pedido que haga un resumen del polémico informe del CDG When we ever learn?‘ y de lo que ha venido pasando al rededor del tema desde 2006. Anda que con lo que servidor ha rajado de este tema…

10’00 Presentación del evento.
José Luis Rocha. Secretario General de Calidad y Modernización.
Consejería de Salud de la Junta de Andalucía
10’15 MESA DEBATE 1
PUNTOS CRÍTICOS EN LA EVALUACIÓN DE IMPACTO EN
COOPERACIÓN INTERNACIONAL.
Modera: Miguel Casado
Responsable de Salud.
Dirección General de Planificación y Evaluación de Políticas para el
Desarrollo Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación
Conclusiones del grupo de trabajo sobre la brecha de evaluación: ¿cuándo
aprenderemos? Avances producidos desde el informe de 2006.
Ponente: Rafael Monterde Díaz.
Universidad Politécnica de Valencia
11’00 Café
11’30 La evaluación del impacto en cooperación internacional: ¿en qué punto estamos?
Ponente: José Antonio Alonso
Instituto Complutense de Estudios Internacionales
12’00 El papel de la ética en la evaluación de la cooperación al desarrollo.
Ponente: Alejandra Boni.
Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales. Universidad de Valencia
12’30 La cadena de resultados y la evaluación de políticas públicas en el sector social
Ponente: Juan Murciano Rosado.
Consultor. Evaluación de Políticas Públicas
13’00 La evaluación de impacto: estado de la cuestión y aplicaciones en la cooperación para el
desarrollo en salud
Ponente: José María Larrú Ramos
Universidad CEU‐San Pablo
13’30 Debate abierto.
14’00 Comida
15’30 MESA DEBATE 2
MODELOS, BUENAS PRÁCTICAS, DIFICULTADES E INSTRUMENTOS
DISPONIBLES PARA EL DESARROLLO DE EVALUACIONES DE
IMPACTO.
Modera: Sandra Pinzón Pulido.
Escuela Andaluza de Salud Pública
Ponentes:
􀂙 Miguel Casado.
Dirección General de Planificación y Evaluación de Políticas de Desarrollo
􀂙 Carmen Pérez Samaniego.
Deutsche Gesellschaft für Technische Zusammenarbeit (GTZ)
􀂙 Carlos Asenjo.
Fondo Español de Evaluación de Impacto. Banco Mundial.
􀂙 Marie Gaarner.
Representante de IP3 (Video‐conferencia)
17’30 Identificación de líneas de trabajo conjunto.
Debate dirigido con la participación de los responsables de evaluación de las
cooperaciones descentralizadas de Andalucía, Asturias, Canarias, Cantabria,
Castilla La Mancha, Castilla y León, Cataluña, Comunidad Valenciana,
Extremadura, Galicia, Islas Baleares, La Rioja, Región de Murcia, Comunidad
Foral de Navarra y País Vasco.

Programa

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Hoy era el inicio del trabajo de campo de una evaluación de proyecto que me han encargado, acá en Quito. Se trata de un programa cuyo componente central arrancó allá por el 2001, con un servicio de microcredito a la vivienda de interés social. Y un original modelo de colaboración de entidades: administración pública (mediante un bono a la vivienda), empresa privada (mediante la construcción de las viviendas con unos costes ajustados y precios sin competencia), sector financiero (apoyando en el crédito hipotecario) y el tercer sector, tanto en Ecuador como en España, apoyando donde el sistema no llega.

Las señoras que ven en la foto son «beneficiadas» del proyecto. Doña Orfi, que la ven a la derecha toda disciplinada, es una mujer de 71 años con una lucidez que ya la quisiera yo ahora. Según lo previsto, tendrá su casa dentro de poco, que no llevará apenas acabados, pero de la que dice con orgullo que será «el lugar donde ha de morir tranquila». En realidad la casa es la de Orvis, la tremenda negrota a la izquierda, una mujer del Valle del Chota que jamás hizo un trabajo remunerado y que siempre se quedó en la casa al cuidado de su familia hasta que la oportunidad de tener la seguridad de un techo digno y propio le movió el piso para buscarse la vida de empleada doméstica (no sin la reticencia de su marido, al que se refiere susurrando para que no le oiga desde la habitación del fondo). Un trabajo al que ni ella ni el resto de compañeras que se embarcaron en la aventura de una vida algo más digna van a renunciar, porque ahora dicen con orgullo que son más independientes…y que todas forman una gran familia.

Y mientras escucho las historias de cada una de las compañeras, me pregunto cómo voy a reflejar todo esto en mi marco de evaluación. Me pregunto cómo describir la lucha de doña Orfi como madre soltera, las dificultades de Orvis y sus hermanas para no dejar de pagar ni un solo mes, si ni si quiera estaban en el plan previsto. No, ellas no estaban en el Marco de Resultados. El Equinoccio Azul, como así se llama su condominio, no era un resultado esperado. No había ni autoestima ni sonrisas previstas, tan solo número de créditos otorgados y talleres impartidos.

¿Saben qué? Me importa un pimiento. Creo que es hora de hacer la excepción. Sus vidas cambiaron, y no lo digo yo, lo dicen ellas, y eso es lo realmente importante. Yo no lo puedo medir, tan solo les puedo contar.

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Estos días andamos por el Ecuador con varias actividades de Evaluación en marcha. Una de ellas, una colaboración con los amigos y amigas del PNUD, en un interesante programa que quizá conozcan, pero que si no es el caso, les animo a echar un ojo: se trata del programa ART (Articulación de Redes Territoriales). Pueden consultar el modelo general aquí, y el caso particular de Ecuador aquí.

Andamos escasos de poesía, de innovaciones, de riesgo, en esto de la Evaluación, así que cruzarse con locos que se echan al ruedo e intentan ver esto del trabajo en desarrollo desde otra óptica, sinceramente se agradece. Hemos estado hablando mucho sobre el seguimiento y la evaluación. En particular lo primero, pero dado que en el programa hay un importante componente de apoyo a procesos, el seguimiento vira (o debería) hacia el intento de capturar los logros que las pequeñas intervenciones consensuadas entre actores locales van alcanzando.

Hemos discutido muchas cosas estos días con compañeros y compañeras que trabajan el día a día de la política pública local en lo más terrenal, y fruto de ello me surgen interrogantes/reflexiones que comparto:

a) Abro los ojos ante la articulación/coordinación/concertación. Sin duda la mejor de las estrategias para resolver viejos problemas. Lanzo un mensaje, en especial para los más heterodoxos/progres/antimétodo: el hábito no hace al monje y esta es una buena muestra. LA articulación de actores en el territorio creo que resuelve en buena parte las simplificaciones que cometemos constantemente al diseñar programas con herramientas orientadas por objetivos, orientadas a resultados, modelos lógicos o como buenamente le quieran ustedes llamar. No es tanto problema de la herramienta (que obviamente, en tanto que herramienta, tiene sus limitaciones y en este caso probablemente el límite elástico -por aquello de la flexibilidad que claman sus detractores- sea sin duda más corto). Es problema de usar ésta (o cualquier herramienta) y pensar en solucionar un problema complejo SIN TENER EN CUENTA AL RESTO DE ACTORES, que en una aproximación más sistémica, son entidades con alto grado de autonomía e intereses y mandatos no necesariamente alineados.

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b) Siguiendo con el argumento, ¿qué utilidad tendría un enfoque articulado de Evaluación? Pienso en una doble vía: que hay de bueno en la articulación para alimentar la evaluación, y viceversa. En el primer caso, un enfoque coordinado implicaría directamente réditos tan apetecibles como: menores costes y tiempos, mayor riqueza de información, aproximación más certera a la complejidad del hecho evaluado, y la guinda del pastel, una mayor probabilidad de incorporación de aprendizajes en el centro de la gestión de cada actor. En la vista opuesta: en un enfoque articulado de trabajo, la evaluación necesariamente debe decantarse hacia un enfoque formativo, una marcada orientación al aprendizaje social.

c) Todo suena a música celestial. Bajemos un poco al mundo real. ¿Qué nos hace falta para orientarnos de este modo? Si bien es cierto que hay técnicas y herramientas de evaluación disponibles para dar y vender, necesitamos una primera barrida para buscar las más apropiadas. Esto es un trabajo pendiente, y que sin poder prometer ahora que lo abordaremos, es sin duda una tentación. Apunto claves casi, casi, hablando en voz alta:

  • Necesitamos enfoques/herramientas que capturen complejidad: así que chao, chao diseños experimentales, fue bonito mientras duró 😉 Vámonos por aproximaciones en red (ARS) o herramientas cualitativas ad hoc para este tipo de intervenciones complejas (Cambio Más Significativo, MSC)
  • Necesitamos herramientas fuertemente apoyadas en la «iniciativa evaluativa» de los participantes: término casi imporvisado con el que quiero evitar decir «participativas». Pienso incluso en enfoques en los que sin el trabajo activo de los actores la herramienta simplemente no funciona, ni trucándola. Estoy pensando en Mapeo de Alcances, más su filosofía que su praxis.
  • Necesitamos definir qué es «exitoso» en términos de articulación y como darle valor. Quisiera no caer en la simplificación de anhelar «indicadores de articulación», aunque puede ser un paso para inocular este nuevo virus a sistemas enquistados (supongo que sería más fácil esto que decirle al PNUD que se deje de Gestión Basada en Resultados).

Veo mimbres, pero no sin cierto escepticismo. Así como creo que una iniciativa como la que he podido conocer más en detalle y compartir durante esto días es una buena muestra de que todavía hay esperanza, también me preocupa la atadura a las viejas prácticas que necesariamente mantiene (por su propia supervivencia, básicamente). Me refiero a los vicios de la cadena de la ayuda, los intereses de los donantes, la maquinaria burocrática del sistema, etc.

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