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El Comité de Ayuda al Desarrollo de la OCDE acaba de publicar el informe sobre la Cooperación Española, como parte de las revisiones por pares que realizan sobre los donantes miembros de este club cada cuatro años. Aquí pueden consultar el resumen ejecutivo con los principales hallazgos y recomendaciones, y si todavía tienen ganas y nada mejor que hacer, aquí pueden descargarse la versión completa (sí, lo han adivinado, está en inglés).

Si les soy sincero, nunca le he tenido demasiada fe a este informe. No he tenido el privilegio de participar en ninguno de los procesos de consulta (bueno, algo negativo tenía que tener la independencia), pero sí de contrastarlo con mis propias vivencias y las de otros y otras colegas de profesión. Y la verdad, siempre hemos notado un importante grado de complacencia. No en vano se trata de una «evaluación entre pares». Pares que tienen importantes intereses cruzados, por lo que el principio básico de independencia en una evaluación con un importante componente/lectura sumativo/a queda en grave entredicho. Recuerdo más de cerca el proceso de revisión del 2002 (ya hablamos de casi una década), en la que la región donde vivo fue elegida como un caso de estudio, para inferir cómo era la Cooperación Descentralizada. Y ya ven en lo que nos hemos convertido…

Así pues, cuando uno lee una valoración crítica o al menos poco «polite» en este informe, empieza a pensar que quizá, sólo quizá, si se atreven a poner algo así de un amigo, es que va en serio. Como no podía ser de otro modo, le he puesto un poco más de atención a lo relativo a la Evaluación. Compruebo que la percepción compartida con colegas del sector también es percibida por los «reviewers»: la presencia de la evaluación ha crecido principalmente por la obligatoriedad de evaluar proyectos que los receptores de financiación pública (básicamente ONG) han tenido estos años:

«Much of this sharp increase is a consequence of a requirement for all NGO agreements above a certain value to be evaluated»

(mucho de este importante incremento es una consecuencia del requerimiento en todos los acuerdos con ONG de evaluar aquellos por encima de un determinado monto)

¿Genera este incremento mayor cultura de evaluación? Sin duda, si no hacemos evaluaciones nunca aprenderemos, es como patinar o ir en bicicleta. El problema es por qué lo hacemos. Porque si el incentivo único es cumplir un requerimiento, sin duda la capacidad de generar aprendizaje y mejora de las acciones usando los resultados de esas evaluaciones es mínima, tendiendo a nula. Ello, por supuesto, sin contar con la degradación de la función de evaluación y, como consecuencia de su calidad técnica y su capacidad de innovación. El informe revela este sentimiento, en perlas como ésta:

«monitoring still tended to give more weight to how money was spent, as the agency lacked the right indicators to measure results and impact«

(el monitoreo sigue tendiendo a dar más importancia a cómo se gasta el dinero, dado que la agencia (AECID) carece de los indicadores para medir resultados e impactos»)

Esta sencilla pero contundente sentencia representa la razón última de las cosas, más allá de complejos conceptos que cada día se van incorporando al acervo cultural de los y las profesionales del desarrollo. Escribir en un papel el «compromiso por» es simplemente eso, palabras en un papel. Se las lleva menos que las que se dicen al viento, pero acaban olvidándose. Y eso es, sencillamente, lo que le ha pasado a nuestra Ayuda al Desarrollo. Hemos sido víctimas de un error tan básico en Cooperación como reiterado. A nadie se le ocurre ya pensar en proyectos de Desarrollo que no cuenten con la gente, con todos y todas, y especialmente con los y las protagonistas de la historia. Tampoco creeemos ya en las recetas escritas desde arriba, ni en las soluciones milagrosas que llevan el progreso en tiempo récord. Sin embargo, eso mismo era el Plan Director de la Cooperación Española 2009-2012, una invención, una entelequia, una creencia ilusoria. Un ejercicio académico manejado por pocas manos para su propia gloria, y al servicio de intereses políticos de imagen exterior.

Las consecuencias de todo ello: desconfianza. Desconfianza en que la Evaluación puede ir más allá de la función burocrática. Y en el escenario económico y político tan dantesco que vivimos, con mayor razón. Que no nos extrañe que gracias a este malabarismo planificador y evaluativo pensado desde arriba, desde pocas manos y con intereses particulares, nos tengamos que conformar con poco o ningún presupuesto para evaluación y mejora desde el sector público, con la vuelta a herramientas de auditoría y control financiero y que el desarrollo venga «por añadidura» o «por teoría del goteo». A soportar a los nuevos responsables ortodoxos usando el poderoso «ya te lo dije, esto no funcionaría».

Por si fuera poco, nada aprenderemos como nada hemos aprendido. En el informe que les contaba hecho en 2002, ya se le decía a la Ayuda Española que tenía que definir criterios explícitos para justificar su planificación, la elección de prioridades geográficas, sectoriales, instrumentos, etc. Casi diez años después, vuelven a decirle lo mismo. Y los responsables «se irán de rositas» (como decimos por acá), pues tendrán la «suerte» de que podrán seguir usando esa estrategia tan suya de las «atribuciones externas», como dicen los psicólogos. Vamos, echarle la culpa a otros, al clima, o como en este caso, a la crisis y al cambio de gobierno.

Ya saben, si es que la culpa de todo…la tiene Yoko Ono

 

Me llega por un amigo de la Universidad (¡grácias Álvaro!) el documento de «POSICIÓN ESPAÑOLA AL IV FORO DE ALTO NIVEL DE BUSAN«, en la práctica, el argumentario diplomático a defender por nuestro país en el próximo foro sobre la Ayuda al Desarrollo. No encuentro nada de interés sobre Evaluación, excepto una referencia al seguimiento de la Declaración de París.

Lo que sí encuentro son contradicciones, mucha tecno-jerga y, sobre todo, brindis al sol, algo tan propio de la Cooperación Internacional y de lo que España ha hecho gala estos años (con algunos aciertos, todo hay que decirlo…pero ya veremos el balance, y lo peor, el futuro próximo). Hay muchas muy graciosas, como las recomendaciones a los países del Sur sobre evasión de impuestos, control a las trasnacionales, redistribución de la riqueza, etc. Ya quisiera yo estas recomendaciones para mi propio país. Pero como este no pretende ser un espacio de análisis político general, menciono una algo más cercana a nuestro tema, que me ha llamado profundamente la atención.

A vueltas con la Gestión para Resultados de Desarrollo (ya saben, la versión más humana y más chévere de la Gestión basada en Resultados), aparece la siguiente afirmación:

«Deben abordarse con prudencia aquellos enfoques que presenten riesgos tales como la focalización en intervenciones cuantificables o de corto plazo«

Quiero pensar que lo de cuantificable y lo de corto plazo no pretenden ser sinónimo. ¿O sí? Pero EN EL SIGUIENTE PÁRRAFO afirma:

«La implementación de la GpRD pasa por un alto grado de apropiación del país socio, y precisa de sistemas estadísticos y de información de calidad, así como un sistema de gestión pública basado en resultados«

Entonces, ¿en qué quedamos? ¿Cuantificamos o no? Y por cierto, qué bonito sería que España se aplicara las recetas que predica. ¿Dónde se puede acceder en la administración a datos de la AOD española de manera rápida, ágil y fiable? (hablo de datos, ya de resultados, como el chiste, ni hablamos) ¿Qué fue del glorioso intento de generar un sistema único de gestión de la información de la AOD española y favorecer el acceso a los/as ciudadanos/as?

Com deia la meua iaia «arrancá de macho, pará de burro«.

PD: Mejores y más críticas ideas al hilo de la AOD pueden encontrarlas en este documento de la Asociación Latinoamericana de Organizaciones de Promoción al Desarrollo – ALOP , que estos días circulaban en twitter algunos/as colegas

 

 

albufera21

Hoy he tenido la oportunidad (un lujo, diría) de dedicar un tiempo a dejarme interpelar por viejas y nuevas ideas. Esta mañana hemos asistido a la conferencia «Diálogos sobre Planificación del Desarrollo«, que en realidad ha sido un agradable e innovador formato entre mesa redonda /debate /videoconferencia (uno de los ponentes estaba en Londres). Los ponentes: Gabriel Ferrero, Subdirector de la Dirección General de Planificación y Evaluación de Políticas de Desarrollo (DGPOLDE), y Alex Frediani, consultor y profesor de Development Planning Unit en el University College of London. Una iniciativa de Master en Políticas y Procesos de Desarrollo, programa impulsado por mi Departamento y en el que tengo el privilegio de participar como docente en su curso de Evaluación de Programas.

Ha sido un bombardeo termendo de ideas, y en especial de ideas «contemporáneas» (palabra que ha usado Alex un par de veces y que me parece muy apropiada), conectando paradigmas de desarrollo con enfoques de planificación, para al final aterrizar en la Ayuda al Desarrollo como parte importante en el entramado. Algunos de los enfoques nombrados: Modos de Vida Sostenibles (Sustainable Livelihoods Approach), Empoderamiento (algún día encontraremos en español una buena traducción para Empowerment), Ciudadanía (Citizenship), Enfoque basado en Derechos (Rights Based Approach)  y, cómo no, Enfoque de Capacidades (Capability Approach).

Durante estos meses he estado envuelto en un trabajo con gente del GIOS en Arizona que precisamente trabajaba con Modos de Vida Sostenibles, y en él hemos intentado operativizar ciertas valoraciones mediante modelos en red. Ya de vuelta en Valencia (de la que les regalo una instantánea del lago de la Albufera), reengancho con algunos proyectos rondando las remesas, la vivienda social, el desarrollo local, y en ellos nos ronda la idea de atrevernos con el Enfoque de Capacidades en un aterrizaje, esperemos que no demasiado forzoso, como posible marco de Evaluación.

Así que los aires frescos de esta mañana me han vuelto a recordar algunas locas ideas. ¿Qué tal un repaso a estos «contemporáneos» marcos teóricos para desarrollar nuevos enfoques de evaluación? Me consta que hay algunos en los que ya se ha andado, en especial Empowerment Evaluation (con san David Fetterman), y aunque no se ha hablado esta mañana mucho, encontraríamos un paralelismo en Collaborative Evaluation de Rita O’Sullivan con Collaborative Planning.

Se admiten tanto sugerencias como apuestas 😉

El proceso de revisión del Plan Director de la Cooperación Española por parte de los actores sociales sigue en marcha con una segunda vuelta. En este caso habrá algo más de tiempo para trabajarla y enviar las propuestas que se considere oportuno mediante un sistema similar al que comentamos en EVALUATECA en una entrada anterior.

A continuación trasncribo la información remitida desde la Dirección General de Planificación y Evaluación de Políticas para el Desarrollo en relación a los cambios introducidos de la versión inicial a ésta segunda que se circula:- Se incorporan en este Borrador 2 los capítulos de prioridades geográficas e instrumentos, que no figuraban en el Borrador 1

  • Los capítulos doctrinales han sido resumidos sensiblemente. Asimismo, el contenido operativo se ha desarrollado más en este Borrador 2.
  • Se ha procedido a una revisión del lenguaje desde el punto de vista de género.
  • Se ha revisado el texto para garantizar la correspondencia entre las distintas líneas estratégicas propuestas en las prioridades sectoriales y los sectores CRS del CAD.
  • Se ha avanzado en la integración del enfoque de derechos en todo el contenido de la propuesta de política.
  • Se dedica un epígrafe específico, dentro del capítulo 8, a las prioridades horizontales. Además, en el mismo se ha cambiado la denominación de la prioridad «diversidad cultural» por » consideración de la dimensión cultural»
  • El epígrafe del borrador 1 dedicado a las prioridades de la Cooperación Española respecto a grupos poblacionales pasa a denominarse en el borrador 2 «las prioridades multisectoriales de la Cooperación Española», incluyéndose en el mismo, además de las ya recogidas en el anterior borrador, a la población afrodescendiente.
  • Se incorpora un nuevo sector: Ciencia, tecnología e innovación.
  • La anterior prioridad sectorial «Gobernabilidad democrática, prevención de conflictos y construcción de la paz» se desdobla en el borrador 2 en «Gobernanza democrática», recogida como prioridad sectorial, y la «Construcción de la paz», que cuenta con un capítulo específico.
  • El ámbito estratégico «Investigación para el desarrollo y capital humano» se desdobla en el borrador 2 en dos ámbitos. Por un lado, «Investigación e innovación para el desarrollo y estudios para el desarrollo» y, por otro «Fortalecimiento de capacidades institucionales y humanas», en el que además se incorpora lo relativo al Contrato de Gestión de la AECID.
  • El apartado dedicado a la Agenda Internacional de Desarrollo menciona ya las principales conclusiones de la reciente Conferencia sobre Financiación al Desarrollo celebrada en Doha.
  • La definición de actores de la Cooperación Española pasa a ser un anexo.

El nuevo borrador puede descargarse aquí. Aparece además un documento denominado «líneas maestras«, puede descargarlo aquí.  Como en el caso anterior, debe emplearse un formato determinado para realizar aportaciones. Puede descargar aquí el formulario y remitirlo a la dirección electrónica: plan.director@maec.es

Animo a todas y a todos los ustedes que me hacen el honor de pasear por EVALUATECA y dejar sus opiniones a que, en la medida de sus posibilidades, aporten lo que crean conveneinte al tema. En especial, no puedo pasar por alto una motivación extra en el caso de los temas de evaluación, que como ya comenté anteriormente me parece que están dando importantes pasos en positivo, pero sin duda hay mucho que decir desde los profesionales del sector, tanto en la academia, como sobre todo desde la práctica.

1212508090_asterix2-fullVía la lista de discusión de Mapeo de Alcances en inglés (¡gracias Simon!), me llega una noticia realmente interesante y poco habitual. El año pasado, la cooperación británica (DFID) creó un espacio centrado en la Evaluación del Impacto en Desarrollo de su política de cooperación (véase IACDI). La iniciativa convoca a interesados e interesadas a responder una serie de cuestiones sobre su política de evaluación para definir una «evaluación independiente de la ayuda al desarrollo» de su país.

Para ello ha abierto un proceso en el que recogerá las opiniones y sugerencias de cuantos y cuantas quieran ofrecer su visión y sus sugerencias. Creo que este es el camino, sin duda, para el desarrollo de políticas públicas inclusivas en las que la ciudadanía crea, y en particular éstas referidas a cooperación al desarrollo. Y desde el punto de vista de evaluación, es un mecanismo privilegiado para hacer de los procesos evaluativos en el futuro una herramienta de aprendizaje y de control social a un tiempo.

¿Podríamos imaginar algo así en nuestros países de habla hispana? Por lo que respecta a España, en calidad de donante…pues sin restar los esfuerzos que se han hecho y los que en particular se están dando en los últimos tiempos, creo que dista un ápice. Alguien me podría argumentar que, por ejemplo, el últimoborrador del Plan Director de Cooperación Española, se ha circulado entre diferentes agentes y se han establecido mecanismos para la recogida de opiniones, sugerencias, etc. Me consta que mucha gente ha hecho el esfuerzo de trabajarse el documento (que como ya comentamos en una entrada anterior, tenía mucha más enjundia que los anteriores, en positivo, y por tanto requería de mayor esfuerzo para su análisis), pero de nuevo los tiempos y los modos de nuestro sistema de administración pública nos ahogan. No, unas reuniones sectoriales en Madrid quince días después de circular el borrador dan para lo que dan. Es un paso, pero estamos lejos.

Mismo caso aplica para la Descentralizada, que por su porpia naturaleza debiera ser si cabe mucho más participada por la ciudadanía y en particular por los agentes más directamente implicados. Claro, eso si la Descentralizada fuera reflejo de la política basada en lo local. Pero mientras, al menos en Cooperación, siga siendo en muchas Comunidades ese ejemplo paradigmático de no-definición de políticas (es decir, el «todo cabe») y, sobre todo, un conjunto de saquitos (algunos ya no tan pequeños) de dinerito público sin ningún rédito educativo, social o cultural a la ciudadanía que lo paga, pues claro…hacer estos malabarismos participativos será como aquella de Astérix: «están locos estos hijos de la Gran Bretaña»

 

ACTUALIZACIÓN 17/12/08: Justo después de escribir esta entrada me llegó desde mi Universidad un correo sobre el proceso de revisión del futuro Plan Director de Cooperación Española al que hacía referencia. Error de cálculo por mi parte, el proceso sigue con una segunda ronda. Creo que el tema merece una entrada específica, en el que al igual que la primera que hice, facilitaré la información que he recibido de forma que puedan estar al tanto del proceso y colaborar en la medida que consideren oportuno.

La Cooperación Española está realizando su nuevo Plan Director para la sgunda etapa de gobierno socialista. El plan en preparación abarcará el periodo 2009-2012, y en estos días se encuentra en proceso de consulta a los diferentes actores sociales implicados en el entramado de la cooperación.

Apenas he tenido tiempo de leerlo en detalle, tan sólo unas pinceladas. En general, me atrevería a decir ya que es una apuesta más atrevida que las anteriores y que apunta direcciones interesantes, además de estar muy al día con lo que mundialmente acontece en el contexto del desarrollo. También tiene interesantes apuntes sobre evaluación, y de ahí este comentario.

Curiosamente, en el nuevo Plan se hace una interesante propuesta orientada a algo que comentamos hace poco en EVALUATECA, la «gestión del conocimiento» ligada a los procesos de seguimiento y evaluación. En el texto se propone orientar las actividades evaluativas hacia la generación de conocimiento para el desarrollo: ayuda a la toma de decisiones y aprendizaje. Claves realmente interesantes.

Sin embargo, me preocupa algo que ya hemos comentado anteriormente también, y es el proceso en sí mismo de todo un sector (el de la cooperación al desarrollo) a la hora de adquirir las capacidades necesarias para asumir ciertos cambios. Me resulta atractiva la propuesa, no lo puedo negar, pero al bajar la vista a la realidad de los actores de cooperación, en el contexto español, sigo viendo un alto grado de inexperiencia en cuanto a procesos evaluativos y cultura evaluativa en general. No sé si realmente sea un salto «mortal», en toda su extensión: mortal por lo grandioso y espectacular…o mortal por el riesgo de caer en el abismo.

Una apuesta al optimismo y un reto: apostemos a que podemos, perfecto. Pero pongamos los medios. Muchos medios. Y por ahora, eso sí me preocupa más: no creo en las promesas de los recursos. En eso sí tenemos práctica, y para evaluación siempre nos ha quedado la calderilla, el «sencillo», las migajas.

Seguimos dándole vueltas. Por de pronto, se pueden descargar el BORRADOR DEL PLAN DIRECTOR 2009-2012. Para las aportaciones, la DGPOLDE ha diseñado un sencillo formulario que pueden descargar aquí. Desconozco si cualquiera puede hacer aportaciones directas al borrador, pero en cualquier caso si alguno de ustedes está interesado en hacer propuestas y no tiene cómo, me ofrezco a canalizarlas.

Debe ser porque en verano (en España), todos se van de vacaciones…hasta las noticias. O quizá no es sólo cuestión de este periodo estival. Hoy leo en El País (el supuesto medio de prensa escrita más prestigioso por su profesionalidad, y además con la etiqueta de «progresista») un reportaje titulado «Retrato solidario a cuatro voces«.

Uno podría pensar eso, que sí, que estamos en verano y no hay mucho que contar; que las redacciones están llenas de becarios que escriben cosas que nadie supervisa; que los temas sociales, y más lo de los países en desarrollo, lo importante es «sensibilizar», que «la gente sepa lo que ocurre».

Pues no, nada de eso. Ni El País es progresista ni trata muchas de sus noticias con objetividad, ni el reportaje lo escribe un becario (si el «googleo» no se me ha ido de madre, la firmante es una señora periodista con 20 años de experiencia en dicho medio y profesora del Master de Periodismo El País – Universidad Autónoma de Madrid…nada menos). Y no lo digo yo, sobre todo lo primero (lo segundo basta con ir al web del Master). Lo dice cada vez más gente. Un buen ejemplo es este blog, «Cositas de la vida«, de mi querido amigo Javier Ibañez. Otro, Pascual Serrano y sus «perlas informativas».

Ideas fuerza : el gobierno español está que se sale en Ayuda al Desarrollo; Latinoamérica es ese «país» desartalado y violento, lleno de pobres que además de ser ignorantes no pueden salir de su miseria sin nuestra ayuda (la española, especialmente);la labor de la Iglesia católica es la única (junto a Cooperación Española, claro) que está con los más pobres, con los que no quiere nadie. Y podría seguir, pero mejor les dejo para que saquen sus conclusiones…no hay más que leer las lindezas del texto. Perlas como esta:

«Oader y Oudur chillan cuando los flashes acosan al sentarse junto su madre una mujer blanca, la vicepresidenta del Gobierno de España. La joven ni siquiera los mira. Probablemente, los dos bebés gemelos sean fruto de una violación múltiple. Pero al menos comen, aunque vivan en el suburbio más mísero de Haití, el país más pobre de América».

Y ahí vamos con la evaluación. Por de pronto, reconozco que es una manía persecutoria, pero no hay cosa que más me saque de quicio que escuchar a un político (o a alguien que lo cita, como en este caso) decir barbaridades como que en un viaje de protocolo/placer va «a evaluar proyectos», «a monitorear» (como se die en ete caso), incluso a supervisar. ¿Supervisar qué? ¿Canapés? No será ni por el exhaustivo control que ejercen sobre los resultados de los proyectos que visitan (a razón de 3 o 4 por día) ni por el aprendizaje que les y nos genera a los contribuyentes. ¡No hay problema!, si los contribuyentes lo entendemos, pero llámenlo por su nombre: protocolo, diplomacia, etc.

Pero más allá de todo eso, me pregunto si con un poco de evaluación no podríamos hacer que algo cambiara. Quizá si, para empezar, se tuviera información pública, transparente y adecuadamente accesible, sobre las políticas públicas (en este caso, sobre la AOD, que parece algo más sensible, si cabe), a lo mejor podríamos tener algo más de criterio. Si además hubiera más trabajo de evaluación de estas políticas, podríamos extraer lecciones y mejorar, y de paso, estaríamos en el camino de conseguir una ciudadanía más crítica, que no se comiera con patatas el relato leprosero tipo «Anesvad» que nos regala hoy «el periódico global».

Claro, es un poco difícil cuando a la Cooperación Española le sale un ratio de 2 evaluaciones por año, o cuando se licitan evaluaciones con un coste/hora que ni cuando yo daba clases particulares allá por los ’90.

Claro, da un poco igual, probablemente casi nadie lo haya leído, hoy que tenemos un español número uno del tenis mundial.

La semana pasada tuve la suerte de poder compartir unos días con algunos de los profesionales más relevantes en Evaluación en nuestro país: Carmen Vélez, Marian Díaz, Juan Murciano… La cita: un seminario sobre Evaluación de Políticas Públicas del Instituto Andaluz (de Administración Pública, claro).

Sevilla es una ciudad fantástica, y tanto el seminario como las tapas y las cervezas dan para intercambiar ideas. Coincidencia total entre el alumnado (gentes de diferentes administraciones andaluzas, diferentes sectores de intervención) en que la base de todos nuestros limitantes es cultural. Y no con aquella acepción de cultural como estereotipo, sino más bien de carencias en las buenas costumbres que supondrían incorporar la evaluación como un quehacer (qué bonita palabra en español) de nuestra práctica profesional. Lamentablemente, surgieron demasiados ejemplos, anécdotas, chistes, que ilustran lo mucho que nos queda en España por caminar.

¿Más temas? Pues algunas cosas que ya hemos venido comentando en EVALUATECA y que están en «la picota»: los estándares, calidad en evaluación, profesionalización. Muy interesante la idea que los compañeros andaluces están predicando: creación de unidades de evaluación. Simple, ¿verdad? pues me pregunto por qué tan simple pero tan ausente de nuestras instituciones públicas (de otras instituciones, ya, para qué hablar…).

Yo no me pude resistir y hablamos de Evaluación de Impacto, la regla de oro, etc. Se que alguno/alguna pensará que es patológico, pero, ¡caramba! qué oportuno. Descubro días antes que la Cooperación Española, en su apuesta por el multilateralismo y por la calidad de la ayuda se inclina por la Evaluación de Impacto y crea un fondo con el Banco Mundial: Fondo Español para las Evaluaciones de Impacto. En la misma línea, organiza un interesante curso la próxima semana en Madrid (claro, ¿dónde iba a ser si no?) sobre el tema y trae a expertos internacionales. Podéis ver más información en este archivo: TALLER SOBRE EL FONDO ESPANOL DE EVALUACION DE IMPACTO (SIEF). Hay que reconocer que el programa es bueno pero…hay algo que me asusta. Cito textualmente parte de la carta de motivación que se envía a posibles interesados, firmada por una responsable de Cooperación Española:

«La evaluación de impacto es uno de los instrumentos que permite obtener con un rigor científico información sobre los efectos positivos y negativos que tienen las intervenciones de desarrollo en los beneficiarios, consigue establecer una atribución causal entre la intervención llevada a cabo y los efectos generados por la misma, aumentando la certidumbre en la toma de decisiones públicas, a la hora de seleccionar entre diferentes alternativas de intervención»

En fin, que no hemos empezado más que a gatear en Evaluación (y más si cabe en Evaluación en el campo de la Ayuda al Desarrollo) y ya tenemos clarísimo que son los diseños experimentales los que nos van a sacar de las tinieblas y nos van a ayudar a formular las políticas públicas más adecuadas. La misma Cooperación Española tiene un Manual de Gestión de EValuaciones excelente, primer paso para el fortalecimientyo de capacidades de evaluación en los actores involucrados. Nos acompañó en Sevilla Cecilia Rocha, responsable de Evaluación de DGPOLDE, y comentamos esta necesidad de seguir avanzando. Sinceramente, creo que hubiera sido más inteligente por parte de los responsables políticos financiar este proceso de fortalecimiento y no un fondo de Evaluaciones para proyectos del Banco Mundial. Aunque claro, acompañar procesos cuesta mucho tiempo, algo de dinero y no se fotografía tan fácilmente.

Tenía este comentario a medio acabar desde hace un tiempo, así que nadie se piense que es una exclusiva mundial (como casi nada en EVALUATECA, ya sabe que por aquí comentamos cosas más o menos atemporales)

Ya lo decíamos hace un tiempo: a pesar de la insistencia de algunos y algunas personas involucradas en la promoción de la evaluación en la Cooperación al Desarrollo de ámbito español, NO TENEMOS CULTURA DE EVALUACIÓN, y no parece que la cosa vaya a cambiar en breve. No lo digo yo, lo dice la evaluación por pares del CAD, llevada a cabo durante el año pasado y recientemente publicada en línea en su web. Échale un vistazo aquí (¡cómo no! no está en español). No es que yo sea un ferviente adepto a esta institución, pero como parece ser que es una referencia ineludible…

Algunas lindezas que nos regala el informe:

a) página 47, 2º párrafo «sorprendentemente, la reforma de la agencia (AECI) no incluye ningún plan para un sistema de evaluación, lo cual es una omisión grave»

b) idem, «…los recursos presupuestarios para esta labor son muy pequeños, hecho que dificulta la posibilidad de contratar evaluadores con sufciente experiencia en evaluación en el área de cooperación al desarrollo»

c) página 47, 3er párrafo, «el equipo de revisión encontró suficientes evidencias para asegurar que es necesario instaurar una cultura de evaluación en la cooperación descentralizada (referida a administraciones públicas)»

Lo dicho. Será cuestión de ponerse a trabajar.

Hablábamos en mensajes previos sobre el proceso de elaboración del nuevo Manual de Evaluación de Cooperación Española. Como recordarán, hasta la fecha se dispone de uno, que data de 1998, el cual no ha sido precisamente un elemento dinamizador de la cultura de evaluación en este sector en nuestro país.

Esta vez, Cooperación Española, desde su nuevo «think tank» llamado Dirección General de Planificación y Evaluación de Políticas para el Desarrollo (y conocido en el sector por sus siglas DGPOLDE), apuesta por un enfoque renovador y más atrevido. Es la tónica general de sus propuestas: un ala ministerial con una filosofía de trabajo casi totalmente opuesta al habitual procedimentalismo funcionarial de AECI que no hace sino poner arena a los engranajes.

Todavía no lo he trabajado en profundidad, pero en líneas generales, vale la pena comentar un par de cuestiones como primera aproximación (en posteriores mensajes ampliaremos, paciencia). Por un lado, se apuesta por un enfoque de «gestión del proceso evaluativo«, es decir, el énfasis está puesto en aquellos que van a encargar evaluaciones y no tanto en quienes finalmente realicen las tareas programadas a tal fin (digamos por ejemplo, evaluadores externos). Esto creo que es más realista con las necesidades evaluativas de las ONGD que un manual genérico de evaluación. Esta apuesta tiene más potencial de contribución a la madurez de ese proceso que venimos llamando «cultura de evaluación«.

Por otro lado, el manual tiene un énfasis importante en el uso (un aire muy «Patton») y en el aprendizaje. No se si los mecanismos previstos a tales efectos serán a su vez útiles, realistas, viables, etc. Pero por de pronto, la apuesta es de lo más acertada.

Dejo el Manual aquí para quien le interese, que me consta será mucha gente. De hecho, una crítica al final de este proceso vendría en la línea de la «socialización». Se viene prometiendo en petit comité y demás pasilleos, desde los diferentes actores implicados en su elaboración, que se va a hacer un enorme esfuerzo por difundirlo y ayudar a que se implemente. El Manual lleva finiquitado y listo para ser usado desde hace ya meses (casi desde que publicamos el mensaje al respecto de su publicación, en junio pasado). En algunas partes del mundo hay gente que tiene un ejemplar en formato ‘hard’ (en papel bonito, vamos). He visto una referencia a él en algún documento de alguna ONGD. Y entonces, ¿dónde está el dichoso Best-Seller? No lo busques en la web de la DGPOLDE, no está. Y no les llames, porque «no está publicado».

Misterios de la gestión pública. Apostaba con un buen amigo que esto podría ser incluso una estrategia pensada, al más puro estilo del llamado marketing viral (recordemos que los responsables políticos de este departamento saben mucho de todo esto, no en vano inventaron el «pásalo«). O quizá es que, al final, no es tan fácil librarse de los calendarios electorales y los grandes eventos mediáticos cuando se trata de logros alcanzados en una legislatura.

Descargar: Manual de Gestión de Evaluaciones de Cooperación Española

(Nota legal: puede parecer un poco transgresor y antisistema esto de que cuelgue el PDF antes de que lo haga la entidad correspondiente, pero como dice el propio texto «se AUTORIZA la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, conocido o por conocer, comprendidas la reprografía y el TRATAMIENTO INFORMATICO, siempre que se cite adecuadamente la fuente y a los titulares del Copyright»)

ACTUALIZACIÓN 21/10/07

Al César lo que es del César: El Manual ya está disponible también en su sitio oficial. No me acaba de quedar claro si para DGPOLDE y en general AECI, este manual es complementario con los anteriores

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