Durante esta temporada, estoy colaborando con los amigos y amigas del CECOD (Centro de Estudios de Cooperación al Desarrollo, Madrid), en un proyecto de investigación en el que llevan trabajando los últimos tres años. La iniciativa está centrada en el Desarrollo de Capacidades de los agentes de Cooperación para el Desarrollo. Una de las líneas de trabajo con más peso en proyecto es la evaluación.

El proyecto ha generado resultados muy interesantes para la reflexión y también para la acción. Entre ellos, particularmente destacaría dos. El primero, un análisis comparativo de Juan Andrés Ligero sobre los criterios del CAD/OCDE para evaluación versus la Teoría de Programa como enfoque comprehensivo. El segundo, un estudio de José María Larrú y María Méndez sobre la integración efectiva de la evaluación en el ciclo de proyecto basado en las mejores prácticas disponibles en el sector en España.

Siguiendo esta línea de trabajo, me toca la enorme responsabilidad de seguir avanzando por la vía de la Calidad y la Utilidad de las evaluaciones. El objetivo de la investigación es profundizar en la contribución que la evaluación está haciendo (o no) a la mejora de las intervenciones de cooperación para el desarrollo. Posteriormente, se pretende apuntar a un posible marco de referencia de Estándares de Calidad en Evaluación para el sector elaborado de forma consensuada por los diferentes actores. Esperamos que dicho marco contribuya a mejorar la calidad del proceso global, promoviendo una mayor calidad y uso de las evaluaciones para la generación de aprendizaje y la toma de decisiones en las intervenciones de Cooperación al desarrollo.

El próximo viernes 26 de octubre tendrá lugar el primer taller de trabajo de esta fase. El listón está bien, pero que bien alto, tanto por los compañeros y las compañeras que me preceden, como por los y las profesionales del sector que participan en el proceso. Y el resto tampoco se queda nada corto. Deséenos suerte.

Hace algo más de dos años (se dice pronto) escribí este breve post sobre ERP (Enterprise Resource Planing) y Evaluación. Se trataba de una intuición, simplemente. Como contaba entonces, no tenía muchas referencias sobre el tema pero algo me decía que podía ser un espacio interesante de trabajo.

Ha pasado el tiempo y se me han ido cruzando muchas fuentes. Cada vez más habrán notado la presencia en Evaluación (y en general en nuestras vidas modernas) de todo lo referente a los datos. Datos, información, conocimiento. Big data como paradigma. Datos, datos, como decía aquel simpático robot. Las iniciativas de información abierta como AidData 2.0 y DevInfo. Los estándares internacionales para el intercambio de este tipo de datos que nos interesan en evaluación. Y últimamente, hasta herramientas más adaptadas al sector del Desarrollo.  ¿Había o no había materia?

Sigo pensando que la hay, mucho por explorar, mucho por crear. Quizá fruto de esa intuición, o quizá simplemente fruto de esas casualidades tan interesantes que, en ocasiones, aparecen en la vida, aquí estoy dos años después orgulloso al poder presentaros un nuevo reto: el MASTER EN GESTIÓN DE PROYECTOS CON SAP-PS. Esta semana inauguramos este programa de postgrado en la Universidad Politécnica de Valencia, que tengo el honor pero sobre todo la enorme responsabilidad de dirigir. Una «aventura conjunta» como dirían los angloparlantes, con la archiconocida SAP por el lado tecnológico, y SOTHIS, una empresa española líder en consultoría de sistemas que pone su experiencia al servicio de la formación.

La idea del programa ronda en torno a las oportunidades del Project Management sumadas a la potencia tecnológica de un ERP robusto, fiable y en continuo desarrollo. Nuestro objetivo inmediato es ofrecer una oportunidad de empleabilidad a jóvenes talentos que, desgraciadamente, en los tiempos que corren en este país, están teniendo que buscar forzadamente una oportunidad fuera. Sin embargo, creo que esta colaboración  puede y debe ir mucho más allá. Como apuntaba en aquella breve entrada hace dos años, la Evaluación de Programas podría nutrirse mucho y muy bien de los ERP. Pero nos hacen falta ejemplos, ensayos, casos. Nos falta camino.

Si les interesa el programa en lo formativo, con gusto respondemos. Pero si les interesa el reto que les planteo, ya están tardando en decirme dónde les llamo para empezar a trabajar 😉

En la imagen, de izquierda a derecha, el panel de ponentes en la Inauguración: Salvador Capuz, Presidente de AEIPRO (Asociación Española de Ingeniería de Proyectos) y Evaluador Senior de competencias profesionales en Dirección de Proyectos (IPMA – International Project Management Association); Luis Amendola, CEO de PMM Institute for LearningMª Carmen González, Directora del Departamento de Proyectos de Ingeniería de la UPV; un servidor de ustedes un tanto despeinado; Aurora Belda, Directora de SOTHIS ERP; Luis Simón, Director de Educación de SAP para España y Portugal; Roberto Romero, Jefe de Servicios de Formación del Centro de Formación Permanente de la UPV; Federico Terrés, Responsable Financiero de SOTHIS ERP.

En estos instantes en los que escribo estas líneas tiene lugar en Rio de Janeiro el IV Seminario de la Red Brasileira de Evaluación. Siempre es bueno felicitar y felicitarse por este tipo de acciones, especialmente cuando dan continuidad a ediciones anteriores, como es el caso. Pero sobre todo, me viene bien como excusa para hablar de un buen ejemplo de asociación de evaluadoras y evaluadores (o lo que los/as amigos/as angloparlantes están dando en llamar las VOPE – Voluntary Organizations of Professional Evaluators). Pero para que no se me olvide el leiv motiv, antes un breve comentario sobre el contenido del Seminario.

Como la mayoría de los/as mortales no tendremos la suerte de poder asistir, sí espero que los/as compañeros/as de la Red puedan socializarnos productos y reflexiones surgidas estos días en su encuentro. Estoy seguro de que lo harán, es parte de su tónica habitual, de su «buean práctica», uno de los puntos que pretendía mencionar y que luego retomamos. Por de pronto podemos ver el contenido programado aquí. Creo muy acertada la elección de temas, porque va muy al grano de algunas de las cosas que se están hablando en las redes.

Quizá haya gente a la que le parezca repetitivo, por ejemplo, volver a hablar de Modelos Lógicos, pero cuanto más leo o participo en discusiones (presenciales o virtuales), más me doy cuenta que mucho del disenso se basa en el desconocimiento de los elementos básicos. Y es por esto que las discusiones resultan a veces tan cansinas.

Hablar de Métodos Mixtos (cuanti/cuali) es otro viejo-nuevo tema, que en estos últimos tiempos emerge como respuesta al creciente interés en la Evaluación de Impacto. Un lujazo tener al viejo maestro Michael Bamberger junto Thomaz Chianca para esta discusión (por cierto, aunque me cueste ser objetivo ya que Thomaz es además un buen amigo, me hace gracia que en el programa esté catalogado como «experto nacional» cuando en estos momentos es sin duda uno de los jóvenes líderes internacionales de pensamiento en Evaluación).

Y si lo uno es importante, no menos lo es lo otro: hablar de Cultura de Evaluación, y en particular en el sector de las organizaciones de la sociedad civil. Y aquí creo que los/as compañeros/as brasileiros/as tienen mucho que aportarnos al resto sobre su larga experiencia. Ahora hablando en particular por la parte española, creo que un buen baño de aprendizajes y buenas prácticas en esta línea no nos haría nada mal. Con los ponentes vuelvo a no poder ser nada objetivo, la hemos pasado demasiado bien por esos mundos con Rogério Silva y Daniel Brandão 😉 Hablando en serio, creo que su larga trayectoria de acompañamiento al desarrollo de capacidades de evaluación, entre otros en su etapa del Instituto Fonte, les otorgan una buena dosis de autoridad en el tema.

Yendo al tema de la Red Brasileira como buena práctica, destacaría algunas claves que a mi juicio la han hecho una de las VOPE de referencia mundial:

  • Una condición de partida: el caldo de cultivo brasileiro era y es perfecto para todo lo que tiene que ver con la cultura organizativa, especialmente lo relacionado con la participación social (casi se podría decir que la inventaron ellas/0s) 😉
  • Una estructura en red descentralizada: probablemente obligada por las características propias de la geografía brasileira (es un ejemplo que he visto en otros programas y organizaciones y parece coincidir), la participación de los/as interesados/as en evaluación requiere evitar el excesivo peso local de una sede central o de un grupo de impulsores que «casualmente» están en la misma ciudad (que «caualmente» suele ser la capital administrativa y/o económica del país).
  • Un soporte TIC consolidado: ligado fuertemente con lo anterior, la Red Brasileira se ha caracterizado desde sus inicios por estar muy presente en la red y por emplearla a fondo.
  • Un agente dinamizador: la experiencia parece estar demostrando en las organizaciones de evaluación que si alguien o «alguienes» no desempeñan tal función, la red por si misma resulta lenta de movimientos. No quiero decir con esto que la solución pasa siempre por personal remunerado para funciones de este tipo, pero ejemplos como el de Marcia Paterno o como Emma Rotondo en PREVAL (Perú) son a todas luces exitosos.

Lanzado el guante, quedamos a la espera de alimento evaluativo para el intelecto y el debate.

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En estos días, mientras trabajo en una evaluación en la que en más de una ocasión se me ha recordado la importancia de valorar los efectos generados por el proyecto evaluado, así como la contribución de la institución a dichos cambios, es inevitable repensar una vez más sobre el giro del discurso evaluativo hacia los manidos «resultados«. Gestión basada en resultados, para resultados de desarrollo, resultados e impactos…una amalgama de argumentos que, en mi opinión, incluyen planteamientos de base muy distintos.

Recomiendo esta entrada de Owen abroad, titulada «Siete preocupaciones sobre enfocar en resultados, y cómo manejarlas«. Desde una perspectiva crítica sobre la reduccionismo de una parte de las corrientes que apuntan a resultados (insisto, creo que no son todas, y que bajo este paraguas hay diversidad e incluso divergencia), el artículo hace una revisión sobre la importancia de tomarse el discurso en serio y buscar el modo de conjugar los diferentes intereses que apuntan los dichosos «resultados». En un escenario de crisis internacional, marcado entre otras muchas cosas por la recomposición de la llamada «Arquitectura de la Ayuda», hay que entender el valor simbólico de los Resultados de esa ayuda y de quien la maneja (agencias públicas y privadas, ONG, sistemas nacionales de países receptores…).

Creo que el planteamiento es valiente: urge un replanteamiento total, no una evolución más o menos amigable. Hacer de la Ayuda una estrategia que aporte significativamente a la lucha contra la pobreza y la promoción de un desarrollo más equitativo y más sostenible requiere de la ruptura con algunos de los lastres todavía enquistados en la estructura. En caso contrario estamos hablando de una superposición de otra tarea más a la maquinaria existente, y como resultado (valga la redundancia) sólo obtendremos desidia, como ya estamos observando. Muchos/as profesionales del desarrollo no entienden el valor añadido (quizá además no lo tiene) de devanarse los sesos con más matrices para elucubrar su contribución, pero sin sacrificar un milímetro el cumplimiento de un plan rígido, preestablecido y centrado en su protagonismo como agente de cambio, no en sus socios.

De lo que no estoy tan seguro es de los medios. No puedo evitar preguntarme una vez más qué se entiende por evaluación de impacto «rigurosa». De hecho, no sé si todos/as entendemos y buscamos lo mismo el mirar hacia el «impacto». Entiéndaseme bien, no estoy negando su importancia, pero como diría mi buen amigo y admirado Mauri, «no sé si todos estamos claros». En cualquier caso, cada vez más me convenzo de que la Evaluación es el aporte crítico, la llave -si es que la hay- para desencadenar el cambio de planteamiento. Pero para usar la llave necesitamos una mano con convicción para abrir la puerta. Necesitamos Capacidades de evaluación.

HDN - SIEF

(Fuente: SIEF website – World Bank)

Tras algo más de cuatro años de funcionamiento, y con su final próximo, en junio de 2012, el Fondo Español para Evaluaciones de Impacto presenta en nuestro país algunos resultados del trabajo realizado. Será en Madrid los próximos 25 y 26 de abril, bajo el título «Efectividad en programas de empleo, salud y educación«.

España apoyó en 2007 la constitución de este fondo en el Banco Mundial para contribuir a la realización de evaluaciones de impacto de programas innovadores apoyados por el propio Banco mediante sus instrumentos habituales, así como al desarrollo de las capacidades sobre evaluación de impacto y desarrollo humano.

Aunque a día de hoy no conocemos más detalles del programa, en la conferencia participarán como ponentes representantes del la Administración General del Estado, el Banco Mundial y de la comunidad académica española. Los organizadores pretenden así compartir las  experiencias y las lecciones aprendidas con esta iniciativa, pero también favorecer el debate y poder compartir ideas sobre la mejor aplicación al sistema español de los resultados obtenidos por el fondo y sobre los desafíos y oportunidades que presenta la evaluación de impacto.  El acto se celebrará en el Salón de Actos de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo.

Animo a las/os que puedan a participar, hay pocas iniciativas como esta a las que tengamos acceso en España, y en este caso a partir de una experiencia promovida por el propio Estado español. Ya hicimos referencia en EVALUATECA a esta apuesta que realizó el anterior gobierno. Si bien entonces discrepaba (y me mantengo en el argumento) sobre la oportunidad de priorizarla frente a otras grandes carencias en la cultura de evaluación de nuestro país (y en especial en el sector de la Cooperación al Desarrollo, oficial y no oficial), sin duda era una iniciativa interesante y con un gran potencial de aprendizaje. Ojala este espacio de socialización que ahora se propone contribuya a tal fin.

Mi labor docente en la Universidad Politécnica de Valencia está ligada desde hace más de una década al Project Management (PM). Siempre ha sido una continua dialéctica la confrontación entre las técnicas, instrumentos e incluso la filosofía del PM, y todo lo bebido del la gestión en el mundo del Desarrollo. Y frente a lo que pudiera parecer, no está todo resuelto. ¿Son necesarias las técnicas de PM en los proyectos de Ayuda al Desarrollo? ¿Son compatibles la participación, la trasnformación social, el empoderamiento de los más desfavorecidos, con la gestión técnica profesional? ¿Ayuda el PM a una evaluación últil en términos de mejora y aprendizaje de las organizaciones?

Para seguir pensando y reflexionando en estas y otras cuestiones, hemos organizado un WEBINAR, es decir, una Conferencia On Line, con el sugerente título de «Estrategias del Project Management en la Ayuda al Desarrollo: potencialidades y limitaciones para una gestión responsable de las intervenciones«. Nos facilitará la reflexión José Antonio Monje, coordinador regional de Monitoreo y Evaluación para América Latina y Caribe de Save the Children. La cita: el próximo viernes 30 de marzo, a las 17 horas (GMT +1, Valencia, España) (si quiere conocer la hora de inicio en su localidad, puedo hacerlo aquí). La conferencia forma parte del programa Ágora Global del Máster Universitario en Cooperación al Desarrollo, que en su especialización de Gestión de Proyectos y Procesos de Desarrollo se imparte en la UPV.

Para los que no lo conozcan, José Antonio es un activo miembro de la comunidad evaluadora en español, especialmente en el mundo de las redes sociales. Como en estas cosas es obligado y recomendable hablar de la trayectoria de los/as ponentes, les cuento que José Antonio es especialista en gestión, diseño, seguimiento y evaluación de proyectos de cooperación al desarrollo e inversión social pública, con amplia experiencia en gestión de proyectos en diversos países de América Latina (Ecuador, Perú, Bolivia, Cuba, Guatemala, Nicaragua, El Salvador, Brasil) y Norte de África (Argelia, Sahara Occidental, Mauritania), habiendo trabajado para organizaciones como CARE, ITDG, SOS Kinderdorf International, Caritas Española y Fundación Mundubat. Ha sido asesor de alta dirección en el Despacho Ministerial de Salud Pública en la República del Perú. José Antonio es Antropólogo Social. Cuenta con el Diploma de Estudios Avanzados (DEA) y es candidato a Doctor en Dirección de Proyectos (Universidad de Zaragoza, España). Ha cursado asimismo el Máster in Project Management de la Universitat Ramon Llull.

El Webinar lo implementamos en la plataforma Policonecta de la UPV. Se trata de una sencilla plataforma para formación online síncrona y para trabajo colaborativo. La participación es gratuita y abierta a cualquier profesional que quiera participar. Si les gusta la idea, les dejo las instrucciones para acceder al sistema:

  • Durante una hora antes del inicio de la actividad, conéctese al sistema en la dirección http://policonecta.adobeconnect.com/cfp1
  • Acceda como invitado. Se le solicitará que indique un nombre para ser identificado en la sesión. Durante la sesión podrá participar durante la ronda de preguntas al ponente, bien por medio de la herramienta chat, bien realizando su pregunta mediante su micrónofo. Para reducir la posibilidad de que tenga problemas en el momento de la conexión, le sugerimos que pruebe si su sistema está correctamente configurado para usar este servicio. Puede hacerlo cómodamente accediendo a la siguiente dirección: https://policonecta.adobeconnect.com/common/help/es/support/meeting_test.htm
  • Si nunca ha empleado un sistema de Web-conferencing de este tipo, le sugerimos que consulte este tutorial en video: http://www.adobe.com/es/products/acrobatconnectpro/demo/

Les espero en línea el viernes.

ACTUALIZACIÓN 31/03/2012: Gracias a todas/os las/os participantes. Al final fuimos unos 50 entre las/os presenciales y las/os virtuales. A las/os que se conectaron remotamente, mis más sinceras disculpas por las dificultades técnicas. Estamos afinando la herramienta…y nos estamos afinando nosotros también, que falta nos hace. Esperemos seguir próximamente con más seminarios, más temas, más debate.

Creo que no es un secreto mi debilidad por la AEA (Sociedad Americana de Evaluación) en cuanto a qué hace y cómo hace en Evaluación, y en especial qué rol juega en el sector. Será, seguramente, porque no puede ser de otro modo con iniciativas como AEA365. Ya hemos comentado alguna vez en EVALUATECA que estas cosas de las redes sociales en Internet no parecían estar permeando bien en ciertas áreas, donde por otra parte podrían tener un impacto realmente sorprendente. A mi juicio, este es uno de esos casos de éxito.

AEA365: A Tip-a-Day by and for Evaluators es una iniciativa de blogging sobre Evaluación, en la que podemos encontrar entradas de muy diferente naturaleza: temas de reflexión/discusión de actualidad, herramientas innovadoras, herramientas no tan nuevas pero en una introducción amigable, recursos didácticos, etc. Hay un elemento distintivo, donde reside su éxito: es y está hecho por y para la red social de evaluadores/as y para los/as interesados. A mi juicio, estas son las tres claves que lo explican:

  • Frecuencia: todos los días hay información (de ahí el 365, para el/la que no lo hubiera descubierto todavía 😉 ). El blog está muy vivo, y eso es algo muy fácil de decir y difícil de hacer en un sector que no tiene naturaleza periodística, en el que no pasan cosas «impactantes» mediáticamente cada día, que en definitiva no es por sí misma un área con la inmediatez que representa la Red.
  • Contribución colectiva: la gran mayoría de contenido es creada por evaluadores/as, especialistas, interesados/as en el tema, que lanzan sus propuestas. En este sentido, la gestión de la información y la moderación para dar ritmo es clave, y en eso creo que la labor de Susan Kistler es fundamental.
  • Frescura: el formato es muy claro, muy conciso, muy «píldora», lo que no implica que no se toquen temas de calado. Creo que en el diseño del sitio, AEA ha entendido el lenguaje blog muy bien.

En definitiva, me parece una fuente muy recomendable en estos tiempos. Y creo que es un camino por el que vamos a ir transitando en Evaluación, más pronto que tarde. Es más, creo que quien no transite por él, se quedará un tanto varado muy pronto. Aunque bueno, qué va a decir en este sentido alguien que bloguea, tuitea, etc., ¿verdad?

Espero que nadie piense que escribo todo esto porque hoy AEA365 publica una entrada que me pidieron sobre EVALUATECA y sobre mi experiencia de blogueo en Evaluación en habla hispana. Prometo que ya tenía pensado escribir sobre ello hace tiempo (¡tengo testigos!, aunque también han escrito en AEA365, quizá eso los inhabilita 😉 ).

Como  limitante para nosotros/as, como casi siempre: la lengua de uso es el inglés. En nuestro ámbito idiomático están surgiendo también experiencias interesantes en este sentido, como los debates temáticos en la red social de ReLAC. He tenido la oportunidad de participar puntualmente en alguno de ellos, como el de Género, Derechos Humanos y Evaluación, con mucha y muy variada participación y magníficamente moderado por las/os compañeras/os de Inclusión y Equidad desde Chile. Pero creo que sigue siendo un formato muy 1.0: aunque da ciertas ventajas como la profundidad de las discusiones, es complicado mantener el ritmo, para lo cual el trabajo de los/as facilitadores/as es crítico.

Así que, ¿para cuándo un ReLAC365? Ahí dejo el guante.

El Comité de Ayuda al Desarrollo de la OCDE acaba de publicar el informe sobre la Cooperación Española, como parte de las revisiones por pares que realizan sobre los donantes miembros de este club cada cuatro años. Aquí pueden consultar el resumen ejecutivo con los principales hallazgos y recomendaciones, y si todavía tienen ganas y nada mejor que hacer, aquí pueden descargarse la versión completa (sí, lo han adivinado, está en inglés).

Si les soy sincero, nunca le he tenido demasiada fe a este informe. No he tenido el privilegio de participar en ninguno de los procesos de consulta (bueno, algo negativo tenía que tener la independencia), pero sí de contrastarlo con mis propias vivencias y las de otros y otras colegas de profesión. Y la verdad, siempre hemos notado un importante grado de complacencia. No en vano se trata de una «evaluación entre pares». Pares que tienen importantes intereses cruzados, por lo que el principio básico de independencia en una evaluación con un importante componente/lectura sumativo/a queda en grave entredicho. Recuerdo más de cerca el proceso de revisión del 2002 (ya hablamos de casi una década), en la que la región donde vivo fue elegida como un caso de estudio, para inferir cómo era la Cooperación Descentralizada. Y ya ven en lo que nos hemos convertido…

Así pues, cuando uno lee una valoración crítica o al menos poco «polite» en este informe, empieza a pensar que quizá, sólo quizá, si se atreven a poner algo así de un amigo, es que va en serio. Como no podía ser de otro modo, le he puesto un poco más de atención a lo relativo a la Evaluación. Compruebo que la percepción compartida con colegas del sector también es percibida por los «reviewers»: la presencia de la evaluación ha crecido principalmente por la obligatoriedad de evaluar proyectos que los receptores de financiación pública (básicamente ONG) han tenido estos años:

«Much of this sharp increase is a consequence of a requirement for all NGO agreements above a certain value to be evaluated»

(mucho de este importante incremento es una consecuencia del requerimiento en todos los acuerdos con ONG de evaluar aquellos por encima de un determinado monto)

¿Genera este incremento mayor cultura de evaluación? Sin duda, si no hacemos evaluaciones nunca aprenderemos, es como patinar o ir en bicicleta. El problema es por qué lo hacemos. Porque si el incentivo único es cumplir un requerimiento, sin duda la capacidad de generar aprendizaje y mejora de las acciones usando los resultados de esas evaluaciones es mínima, tendiendo a nula. Ello, por supuesto, sin contar con la degradación de la función de evaluación y, como consecuencia de su calidad técnica y su capacidad de innovación. El informe revela este sentimiento, en perlas como ésta:

«monitoring still tended to give more weight to how money was spent, as the agency lacked the right indicators to measure results and impact«

(el monitoreo sigue tendiendo a dar más importancia a cómo se gasta el dinero, dado que la agencia (AECID) carece de los indicadores para medir resultados e impactos»)

Esta sencilla pero contundente sentencia representa la razón última de las cosas, más allá de complejos conceptos que cada día se van incorporando al acervo cultural de los y las profesionales del desarrollo. Escribir en un papel el «compromiso por» es simplemente eso, palabras en un papel. Se las lleva menos que las que se dicen al viento, pero acaban olvidándose. Y eso es, sencillamente, lo que le ha pasado a nuestra Ayuda al Desarrollo. Hemos sido víctimas de un error tan básico en Cooperación como reiterado. A nadie se le ocurre ya pensar en proyectos de Desarrollo que no cuenten con la gente, con todos y todas, y especialmente con los y las protagonistas de la historia. Tampoco creeemos ya en las recetas escritas desde arriba, ni en las soluciones milagrosas que llevan el progreso en tiempo récord. Sin embargo, eso mismo era el Plan Director de la Cooperación Española 2009-2012, una invención, una entelequia, una creencia ilusoria. Un ejercicio académico manejado por pocas manos para su propia gloria, y al servicio de intereses políticos de imagen exterior.

Las consecuencias de todo ello: desconfianza. Desconfianza en que la Evaluación puede ir más allá de la función burocrática. Y en el escenario económico y político tan dantesco que vivimos, con mayor razón. Que no nos extrañe que gracias a este malabarismo planificador y evaluativo pensado desde arriba, desde pocas manos y con intereses particulares, nos tengamos que conformar con poco o ningún presupuesto para evaluación y mejora desde el sector público, con la vuelta a herramientas de auditoría y control financiero y que el desarrollo venga «por añadidura» o «por teoría del goteo». A soportar a los nuevos responsables ortodoxos usando el poderoso «ya te lo dije, esto no funcionaría».

Por si fuera poco, nada aprenderemos como nada hemos aprendido. En el informe que les contaba hecho en 2002, ya se le decía a la Ayuda Española que tenía que definir criterios explícitos para justificar su planificación, la elección de prioridades geográficas, sectoriales, instrumentos, etc. Casi diez años después, vuelven a decirle lo mismo. Y los responsables «se irán de rositas» (como decimos por acá), pues tendrán la «suerte» de que podrán seguir usando esa estrategia tan suya de las «atribuciones externas», como dicen los psicólogos. Vamos, echarle la culpa a otros, al clima, o como en este caso, a la crisis y al cambio de gobierno.

Ya saben, si es que la culpa de todo…la tiene Yoko Ono

 

Hace unos días, Pablo Rodríguez publicaba un recomendable artículo sobre la Web 2.0 en nuestro sector. Es un tema en el que creo que nos estamos quedando algo atrás si comparamos con otros ámbitos profesionales. El aprovechamiento del potencial de las TIC, de las Redes Sociales, etc. para la mejor de nuestro desempeño, y en última instancia, para la mejora de la calidad de lo que hacemos, es simplemente tremendo, y a mi juicio le estamos sacando poco jugo, incluso a veces un jugo algo «amargo».

Algunos ejemplos en esta línea. Si hace unos días comentaba en otro artículo lo interesante de la Conferencia de AEA como punto neurálgico anual en nuestro sector, incluso a nivel internacional, creo que en el caso de la galaxia 2.0 nuestros queridos y respetados «amigos americanos» suspenden. Fui uno de los que intentó seguir el evento aquellos días, apoyándome en lo que pudiera venir «a distancia». Por el elevado número de asistentes (varios miles, se dice pronto), así como por la importante penetración de Internet en EEUU, elucubré que habría una auténtica avalancha de, por ejemplo, tuiteos sobre las conferencias, intercambio de enlaces con materiales de las ponencias de las muchísimas líneas que hay, streaming por parte de la organización (al menos de los plenarios), podcast, discusiones en FaceBook. Error. Apenas algunos tuiteos con el hastag «oficial», y poco más.

En esto, me enorgullece poner un contraejemplo más cercano. En estos días también ha tenido lugar la Conferencia Bianual de la Sociedad Española de Evaluación, celebrada en Sevilla y que en realidad hubo que cambiar de fechas por el adelanto electoral en mi país (ya saben, sería una de esas hipótesis del Marco Lógico que uno piensa que nunca van a pasar…y pasan 😉 ). Con todas las limitaciones técnicas y presupuestarias propias de los tiempos tan malos que estamos viviendo, desde la SEE se hizo un gran esfuerzo por volcar el máximo posible de información en las Redes Sociales. También se ha puesto a disposición parte de los plenarios en formato audio. Les invito a echar un vistazo, creo que hay cosas bien interesantes. Vaya por delante que aunque no he estado implicado en la organización de este evento en particular (por motivos de trabajo), formo parte de la Junta Directiva de esta institución. Pero, con sinceridad, lo digo de la manera más objetiva posible (en EVALUATECA también he sido crítico con otras actividades de la SEE, pueden leerlo aquí por ejemplo)

Clausura de la VII Conferencia Bianual SEE

De un tiempo a esta parte, gracias sobre todo a colegas evaluativos/as de la blogosfera/tuitesfera (y por tanto, también a la tecnología que emplean, y muy bien por cierto) estoy descubriendo información muy interesante de cosas que se están haciendo por ahí en el sector, y que muchas veces pienso que no habría llegado a ellas de otro modo. La ventaja de esta tecnología en las redes sociales es -manejada con cierta lógica y mucho orden- que el flujo de información no sólo se intensifica en volumen, sino en calidad. Seguir a gente que te interesa te lleva a que casi toda la información que te llegue sea muy interesante para ti. Algo que parece de sentido común, pero que con las nuevas tecnologías simplemente sigue una dinámica exponencial.

Estoy empezando incluso a llegar a un nivel altísimo de saturación, pero de información de calidad. ¿Tendré que poner el listón de «calidad» (o utilidad) más alto? ¿Tendré que dormir menos? ¿Ver menos a los/as amigos/as? 😉

Hoy empieza en Anaheim (California, EEUU) la edición número 25 de la Conferencia Anual de la Sociedad Americana de Evaluación (ya saben, entiéndase «americana» desde la óptica de los/as estadounidenses). Sin duda alguna, el evento anual que reúne a lo más granado de la comunidad evaluadora, no sólo de EEUU (que es una gran parte) sino también del resto del mundo. Académicos/as, responsables de instituciones públicas nacionales e internacionales, responsables de ONG, consultores/as, editoriales, etc., se encuentran durante 4 días, siempre a principios de Noviembre, para compartir los últimos debates, las novedades, en definitiva, lo que se «cuece» en el sector.

He tenido la inmensa suerte de poder participar en tres ocasiones, 2001 (St. Louis), 2003 (Reno) y 2005 (Toronto, conjunta con la Sociedad Canadiense, que eso sí fue, en términos numéricos, una barbaridad). La dimensión del evento es tal que, la verdad, abruma. Miren si no los números estimados de la de este año: 2.500 participantes, más de 600 comunicaciones. Recuerdo que repasarse el programa e identificar las sesiones a las que interesaba ir cada día, requería casi de una tarde de planificación con aquel monstruo (vean si no el programa de este año aquí).

A pesar de las dimensiones, creo que es un modelo de Conferencia muy interesante y muy útil para los/as que trabajamos en el sector. Guarda un buen equilibrio entre lo «académico» y lo «profesional» (no es un Congreso científico al uso, ni mucho menos), se cuida muchísimo la interacción entre los/as participantes (muchos espacios de intercambio, actividades sociales para favorecer los contactos, «feria de empleos«, etc.) y el ambiente es realmente horizontal. Cuando vienes del mundo académico, como es mi caso, cuesta creer que en un foro de este tipo te sientes a cenar y tengas a un referente mundial como por ejemplo Michael Patton departiendo tranquilamente.

Ah, y el precio de inscripción, un limitante muy habitual en estas cosas, es muy bajo (la opción más cara, pagar in situ y si ser miembro de AEA, son 345 USD). La estrategia, por lo que me contaron una vez (y pude comprobar en directo), es minimizar costes al límite, a un extremo que en ocasiones me llegó a parece extremadamente austero. Una anécdota: en 2005 (no hace tanto) en las salas de presentación no había cañón de proyección de video, a no ser que alguien llevara o que los panelistas se hubieran puesto previamente de acuerdo y lo alquilaran; recuerdo también que cosas como fotocopias para los asistentes las llevaba el propio presentador si quería. No tengo el dato, pero haciendo unos sencillos números dudo mucho que AEA gane mucho dinero con el evento. Seguro que la estrategia le reporta otros beneficios de otro modo (siendo, por ejemplo, la sociedad de evaluación líder en el mundo, con diferencia).

Si alguna vez tienen la oportunidad, ni lo duden. Algo que hay que reconocerle a la AEA ha sido su vocación internacionalista, intentando facilitar la asistencia de profesionales de todo el mundo, en especial los/as profesionales de países del Sur (estos/as últimos mediante una simpática actividad de recaudación de fondos, una subasta «silenciosa», que además resulta siendo la estrella de la agenda social de la semana).

Para los/as que no hemos podido asistir esta vez, quizá por medio de las redes sociales podamos captar algo de lo que se cuece por California estos días. En twitter, mediante la cuenta oficial de AEA (@aeaweb), y mediante los comentarios de los/as asistentes con la etiqueta (hastag) #eval11. No sé si habrá alguna retransmisión en streaming o grabaciones de las conferencias principales para verlas en diferido. ¡Ojala!

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