Esta es una entrada un poco off-topic, pero en cierto sentido sí tiene que ver con Evaluación, en lo tocante a los Sistemas de Información, por un lado, y las TIC y su aprovechamiento para la Gestión del Conocimiento, por otro. Me llega vía el twitter de Jaume Albaigès (por cierto, aprovecho para recomendar encarecidamente su blog TecnolONGia si les interesan las cuestiones de las TIC y los movimientos sociales) una noticia sobre el lanzamiento de una plataforma de Red Social para el mundo de la Cooperación, promovida por la ONGD Solidaridad Internacional y financiada por la AECID: FaceCoop.

Según sus propios autores, «Es una red social sobre solidaridad, cooperación y desarrollo, que tiene dos objetivos: a) Informar sobre el género, el medioambiente, la participación ciudadana y la lucha contra la pobreza y el hambre, y mostrar quiénes están trabajando en estos temas; b) Poner en contacto a personas, organizaciones, empresas e instituciones públicas que trabajan en ellos«. La primera duda que me surge supongo que es más que obvia: ¿y no se podía hacer esto mismo con las herramientas ya existentes? ¿Qué hace específico -y por tanto necesario- a esta plataforma? La verdad, no lo acabo de tener muy claro. Quizá debería probarla antes de hacer valoraciones, pero no sé si me alcance el tiempo. Y esa es una primera conclusión en sí misma que me lleva a pensar que no es la estrategia más acertada.

No entiendo por qué no es posible aprovechar las aplicaciones existentes y su enorme potencial, tanto para crear comunidad de «practicantes» como, sobre todo, para hacer trabajo de sensibilización, incidencia política…en definitiva, transformación. Una comunidad de «conversos/as» (a algo tan específico sólo se apuntarán los/as incondicionales), no sé si es el mejor espacio para difundir, convencer, cambiar. Y para intercambiarnos experiencias, conocimientos, novedades, incluso para movilizarnos, las redes existentes están demostrando su utilidad (aunque es cierto que en el sector de la Cooperación al Desarrollo el tema es incipiente). ¿Será que a los/as compañeros/as de SI no les funciona su grupo de FaceBook?

No es la primera vez que veo esta estrategia en una iniciativa de TIC en el sector. Aunque no le he dado un seguimiento exhaustivo ni como espectador, hace ya un tiempo (por lo menos un par de años o más) que está en marcha el proyecto GONG: un software específico para gestión de ONG, con una una fastuosa inversión de dinero público detrás. Será que vivo en provincias, pero no conozco a ninguna ONG aquí en Valencia (ni de cooperación ni del Tercer Sector) que lo use…y no quiero pensar si me da por hacer una encuesta para ver si al menos se conoce. ¿Acaso no era posible adaptar algún ERP disponible en el mercado, incluso opensource como el OpenBravo? ¿Es necesario inventarse un soft de programación de proyectos con la cantidad de programadores de propósito general disponibles (tanto el clásico comercial MSProject hasta proyectos de software libre)? Curiosamente, Solidaridad Internacional también estaba entre las cinco ONG de cabecera que pilotaba el proyecto (vése pág. 4 del documento enlazado).

En fin, será que estoy demasiado mediatizado por los gurús que hablan de community management, redes sociales, web 2.0, etc., en el mundo real, como por ejemplo Enrique Dans o Julio Alonso. Pero qué quieren que les diga, me convencen más. Por cierto, un último detalle: el vídeo promocinal será fruto de un concurso de jóvenes creativos (buena idea), tendrá una factura muy profesional (mejor todavía), pero es un tanto sensiblero para estas alturas del partido. Juzguen ustedes mismos.